No fue la tarde más lúcida en el tiro. Tampoco logró sellar a cal y canto la pintura. Y, sin embargo, el Leima se marchó de San Sebastián sin haber estado ni un segundo por detrás en el marcador contra el Gipuzkoa. Solo un empate, un fugaz 2-2 cuando el reloj apenas había comenzado a correr en la retransmisión, fue el único momento en el que los naranjas no mandaron en el Amenabar Arena.

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