Por diferente explicación, ya que en el caso de Valery viene dada por la ausencia de gran parte de la pretemporada en el Girona por una lesión en el hombrolo que ha ralentizado una puesta a punto física que en todo caso va demasiado despacio para un jugador fichado con rol principal y salario también acorde a eso, pero tanto el extremo gerundense como Soberón, máximo goleador el curso pasado y que ha sido baja en los dos últimos partidos por decisión técnica, han perdido el paso para Gabi de forma clara. El ariete cántabro solo ha disfrutado de un partido como titular, ante el Andorra, mientras que ninguno ha vivido Valery, muy poco trascendente y fuera de forma en los cuatro choques que salió desde el banquillo y que ni tuvo minutos ante el Mirandés el viernes.
Son dos expedientes de los que Gabi aún no ha tenido que responder y sí lo ha hecho algunas veces con Bazdar, al que tampoco está dando apenas sitio. “No hay ningún caso Samed. Es un jugador de la plantilla que cuando lo crea necesario lo aprovecharé. Va a ser muy importante, va a tener oportunidades. Ojalá las aproveche, ojalá meta 20 goles esta temporada. No tengo nada en contra del chico. Mi relación es muy buena con él”, dijo el entrenador en la última ocasión que se le preguntó por el internacional bosnio, que solo suma 105 minutos y una titularidad, en Castellón, aunque contra el Valladolid no jugó por estar con su selección y también le pasará lo mismo ante el Almería, ya que se marcha tras el choque ante el Córdoba.
Soberón no fue convocado ante el Ceuta tras no ejercitase el jueves por una leve sobrecarga y trabajar con normalidad viernes y sábado, mientras que frente al Mirandés volvió a repetir ausencia, esta vez sin ninguna coartada en forma de ausencia de una sesión. Solo fue titular en la segunda jornada y suma 176 minutos, sin anotar. El curso pasado, en las 7 primeras citas ligueras firmaba 5 goles en 444 minutos y solo había sido suplente saliendo desde el banquillo ante el Sporting, una decisión de Víctor que causó no poco revuelo. La comparación, es pues, terrible, en datos, aunque también en el rendimiento en el tiempo de juego que ha tenido Soberón en lo que va de temporada.
Es verdad que el jugador cántabro no tardó en enlazar a mediados de octubre y desde el choque en Tenerife cuatro meses de lesiones, con varias dolencias musculares (isquio, sóleo y cuádriceps) que fueron un calvario. Sin embargo, acabó la temporada con 10 dianas, siendo el máximo goleador, lo que suponía un peso importante en el equipo que ahora mismo no tiene, puesto que ha pasado en las últimas semanas a ser el cuarto ariete tras Dani Gómez, Kodro y el propio Bazdar. Obviamente, ahora mismo hay un ‘caso Mario’ más que un ‘caso Samed’.
Valery es una apuesta importante de Indias y Gabi en este verano, con un salario de los más elevados de la plantilla, cerca de 700.000 euros y tres años de contrato tras rescindir con el Girona. Sin embargo, solo ha tenido minutos (un total de 98) ante el Andorra donde acabó jugando de lateral izquierdo en el partido que más tiempo tuvo, algo más de media hora, el Castellón, el Albacete y el Ceuta, no pudiendo ser decisivo ni importante tanto cuando ha entrado en la parte diestra del ataque como en el costado zurdo. Contra el Valladolid fue baja por una sobrecarga muscular y en Vitoria el pasado viernes ni jugó y se quedó en el banquillo.
“Valery será uno de los jugadores que marque las diferencias en el equipo. Es un jugador de mucho nivel. Hay que darle la confianza que no ha tenido en el último año, pero estoy convencido de que va a marcar diferencias”, dijo el entrenador antes de jugar contra el Andorra, en el primer partido que pudo contar con el gerundense, que llegó al equipo el 10 de agosto y que en mes y medio aún no ha encontrado su punto de forma para mostrar su velocidad y capacidad en el desborde. Así, ante el Mirandés no tuvo minutos, en la titularidad de Cuenca en su puesto, en la parte diestra del ataque, y con Paulino como relevo (es el que más ha jugado ahí) y con la alternativa también de Pau Sans, por lo que Valery va a tener que afinar rápido el tono físico para marcar las diferencias que espera Gabi.