Cualquier madridista de viejo cuño sabe que el único partido que no hay que perder es contra el Atlético. Es la rivalidad más enconada de todas las que tienen a lo largo de los años y la vida. Sobre todo, si uno es socio, abonado o convive con el contrincante ‘colchonero’ en cualquier espacio. Por eso fue tan importante para el Real Madrid haber ganado La Décima en Lisboa contra los de Simeone. “Una derrota nos hubiera perseguido toda la vida”, comentan los que disfrutaron con aquel gol inusitado de Sergio Ramos en el 93. Un nombre que volvió a salir a la palestra tras el atropello del Metropolitano.
Quejas arbitrales en un desastre táctico
Tras la decepción del 5-2, algunos sectores del club blanco recuperaron un lance vivido en la temporada 2017/2018. Una patada de Lucas Hernández al excapitán madridista en la cara. Aquella acción no fue sancionada como penalti, algo que sí debió suceder en aquel derbi. Lo hicieron para contradecir el penalti de Güler por juego peligroso. “Una acción temeraria y con contacto, que no da para expulsión, porque el jugador toca el balón claramente”según explicó el excolegiado Pérez Burrull.
También se quejó amargamente Carvajal de dos acciones no sancionadas como debiera, según su criterio, por Alberola Rojas, como responsable principal de los árbitros en el Metropolitano; y Del Cerro Grande, al frente del videoarbitraje. “Sí, la hemos pedido. Nos explican que no puedes celebrar con la grada por posibles avalanchas. Dice que no había situación de peligro y así me lo explicaba. A ver si nos lo explican así antes de que empiece la competición“, lamentó.
Fue sincero en la explicación que le comunicó Alberola Rojas y que, reglamento en mano, explica el porqué de la decisión. En el terreno de lo sentimental, que casi siempre traspasa lo legal, hubiera resultado anticlimático que el noruego resultase expulsado por protagonizar una de las estampas del encuentro. En la historia del fútbol se han visto rojas hasta por mostrar camisetas solidarias, de ahí que tampoco hubiera estado fuera de la imagen actual de este deporte.
Sorloth, una celebración contra los ‘chivatos’
Carvajal sufrió una entrada de Nico González, por la que también fue cuestionado tras un mal partido del lateral, en la línea general de todo el equipo. “Sé que me ha dado. Si han dicho que no era roja, tendrán sus razones. La marca de los tacos la tengo ahí”, expresó por una acción que fue sancionada con amarilla, a pesar de la dureza de la misma. El de Leganés, que ha vivido más derbis que nadie en el Real Madrid actual, se fue muy disgustado cuando Xabi Alonso le cambió. Dio una patada a una botella de agua que fue la mejor prueba de la frustración blanca.
Al capitán del Real Madrid le acompañó Vinicius en su labor de ‘chivato’ por la celebración de Solorth. El brasileño es otro de los que lleva el brazalete esta temporada, por lo que su comportamiento es, más que nunca, una pauta a seguir. El Atlético es un equipo que saca lo peor de sí. Es un campo donde siempre siente la presión. En los 18 partidos que se ha enfrentado a los rojiblancos, solo ha sido capaz de ver puerta en una ocasión: fue en la prórroga de los cuartos de Copa de la 2022/2023. En la goleada de este sábado, histórica en los enfrentamientos entre ambos clubes, solo pudo asistir a Güler.
El triunfo del ‘cholismo’ dentro y fuera del campo
Fue su mejor acción de un encuentro del que acabó saliendo por varios motivos. El primero y más notorio, Giuliano Simeone, al que le recriminó lo que él consideró como teatralidad en varios lances directos. Pero el hijo del Cholosu mejor prolongación en el campo, consiguió sacar al brasileño de sus casillasdando un recital defensivo que dejó a su rival reducido a un pase y al ‘show’. Celebró la asistencia para Güler como si fuese un gol, dirigiéndose a la afición desplazada. A partir de ahí se esfumó para capitular, como el resto del equipo.
Fue una derrota muy “dolorosa”, como la definió Xabi Alonso, el gran señalado de este encuentro. Porque no funcionó su plan ni tampoco los cambios. Aunque lo que el Atlético expuso, con rotundidad, es que tan solo Güler tiene oficio para llevar la manija y poner el fútbol. Por eso se entendió menos que lo retirase del campo y dejase, en su lugar, a un Bellingham que no estaba preparado para ser titular tras su operación de hombro. Simeone lo supo y explotó su debilidad con un centro del campo ‘cholista’ con Barrios al frente de las operaciones.
Todo esto lo vio desde la grada Florentino Pérez, que compartió alegrías y lamentos con José Martínez ‘Pirri’, presidente de honor del club. Se hizo viral una imagen del presidente escribiendo en el móvil durante el partido. Una de esas instantáneas que dan para poner múltiples pies de foto. Lo único cierto, y es algo de sobra conocido, es que estas derrotas, más si cabe con goleadas en contra, son episodios de los que el máximo mandatario toma buena nota para la evaluación global del curso. O en los momentos de crisis, que, en un equipo como el Real Madrid, surgen de un simple empate.