Milagro, resistencia y desahogo. Así puede definirse una noche que coqueteó con el desastre y terminó dejando un punto con sabor a gloria para el Córdoba CF, aunque bajo el evidente reflejo de múltiples carencias (2-2). El Arcángel vivió un relato que transitó del dominio sin premio a la condena por la pegada del Racing de Santanderhasta desembocar en un desenlace milagroso en el descuento. Los dos zarpazos visitantes y un Andrés Martín que volvió a ejercer de verdugo en su antigua casa oscurecieron el panorama, al que se sumó la expulsión de Jacobo. Sin embargo, un arreón final marcado por la fe y el empuje -más corazón que fútbol, ciertamente- rescató un empate de oro que, pese a su valor, no bastará para que los blanquiverdes escapen del descenso esta jornada. Y tocará tomar apuntes…

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