El Barça está condenado a volver a Montjuïc. El club se encuentra en un callejón sin salida con el problema añadido de las consecuencias económicas. No se podrán cumplir los acuerdos firmados con Goldman Sachs, toca refinanciar la deuda y aplazar el pago de intereses. Las previsiones de hace dos años cuando comenzó la demolición no se han cumplido y el plan financiero es de imposible cumplimiento por falta de ingresos.

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