Qué la vida es dura es un tópico y realidad a partes iguales, aunque es cierto que en el caso de algunas personas da la sensación que esta se ensaña especialmente. Es el caso del exfutbolista argentino, Juan Eduardo Esnáiderque vistió varias camisetas del fútbol español, como la del real madridel Atléticoel Espanyol o el zaragoza.
Tras retirarse el argentino inició una etapa en los banquillos que le ha llevado desde el filial del Getafe o el Zaragoza, hasta el primer equipo del conjunto madrileño en segunda división, o incluso Japón e Indonesia.
Una muerte que nunca se supera
Al que fuera delantero centro internacional en tres ocasiones le tocó vivir una de las experiencias más indeseables y traumáticas para ningún ser humano: vivir la muerte de su hijo Fernando a los 17 años de edad.
“El único momento en el que la vida ha sido dura conmigo fue ese. Eso es duro, lo demás son tonterías. Que haya perdido la selección… todo son boludeces. Nunca se lo perdonaré a la vida”, apuntaba el exjugador en ‘El Cafelito’ junto a Josep Pedrerol, que permite darse cuenta de que los problemas del día a día realmente se quedan en nada en comparación a cuando ocurren tragedias de esta magnitud.
Para más inri, falleció el día de Navidad de 2012: “Mi hijo falleció el 25 de diciembre, imagínate. Todos los días son duros, no solo el día de Navidad. Para mí todos son duros. Depende de cómo me levante, del ánimo que tenga, de las cosas que tenga que hacer”, asegura Esnáider.
Juan Eduardo Esnáider en su etapa en el Zaragoza. / COMO
Lejos de intentar superar el duelo, piensa que ante una situación así no existe una meta final en la que uno consigue ver las cosas de forma diferente y ese pesar queda para siempre dentro de quien lo sufre: “Jamás te recuperas de una situación así, y está bien decirlo. Con mi mujer una de las cosas buenas que hicimos fue hablarlo todo siempre y no callarnos. Si tenemos que llorar, lloramos”, apunta.
Su hijo Fernando, que murió a causa de una enfermedad terminal que la familia se guarda para su pesar, también era un apasionado del fútbol y lo jugaba en las categorías inferiores del Getafe: “Lo hacía bien… Era horrible jugando, pero jugaba. Era central y era malo técnicamente, no sé qué le veían“, apunta acerca de la calidad sobre el césped de su hijo, aunque era “un gran pibe, una maravilla”.
El sentimiento en el rostro de Esnáider al hablar sobre su hijo es evidente y demuestra lo importante que es disfrutar de los momentos junto a las personas próximas porque no son eternas. Así, hace un llamamiento a no desaprovechar el tiempo y no complicarse la vida con minucias.







