Ocurrió en el Teatro Gran Rivadavia, en el barrio porteño de Floresta
Un evento que debía ser una fiesta para cientos de bailarines terminó convirtiéndose en una tarde de caos y descompensaciones en el Teatro Gran Rivadavia, en el barrio porteño de Floresta. Allí, durante la “Megafinal” de un torneo nacional de danza, la sobreventa de entradas, la falta de ventilación y una temperatura agobiante provocaron que al menos 20 personas sufrieran signos de golpe de calor. Entre ellas, cinco jóvenes de La Plata que habían viajado para competir y que debieron recibir asistencia médica.
Los damnificados platenses forman parte del estudio Alquimia Dance, con sede en 66 entre 165 y 166, en Los Hornos. Sus familias relataron que los chicos “lloraron muchísimo” por la situación, que temieron por su salud y que la organización “fue un desastre” desde el inicio. Dos de los menores incluso fueron trasladados a un hospital de la zona, aunque más tarde fueron dados de alta. “Por suerte no fue una tragedia”, resumió una madre.
El episodio se desencadenó pasadas las 14.30, cuando varios llamados al 911 alertaron que el teatro estaba “sobrepasado de gente” y que había menores descompensados. Según los reportes oficiales, mientras en el interior se preparaban grupos de distintas provincias para competir, el público seguía ingresando pese a que la capacidad habilitada -400 personas- ya había quedado largamente superada. Testigos estimaron que dentro del edificio había más de 700 asistentes.
La situación se volvió crítica cuando los jóvenes que esperaban su turno en los pisos superiores comenzaron a sentirse mareados por el calor extremo y la falta de aire. Varios se desmayaron y otros tuvieron que ser oxigenados en el hall. El SAME envió cuatro ambulancias, además de una unidad privada, y el personal de salud recomendó suspender el evento de inmediato. Alberto Crescenti, titular del SAME, explicó que la prioridad fue evacuar el espacio antes de que la situación derivara en algo más grave. “No tenía lógica seguir. Había mucha gente, más de la capacidad determinada. Los chicos estaban descompensándose y el calor era insoportable. Di la orden de evacuar el teatro”, señaló.
Mientras las ambulancias asistían a los heridos, afuera comenzó otra escena de tensión. Decenas de jóvenes, familiares y espectadores protestaron por la suspensión y reclamaron que se devolviera el dinero de las entradas. Muchas competidoras, todavía vestidas con ropa de baile, gritaban con megáfonos frente a las puertas.
Las familias platenses describieron un panorama caótico: pasillos saturados y un segundo piso donde el calor “era irrespirable”. Patricia, abuela de uno de los chicos, relató a un medio televisivo que cuando subió a buscar a sus nietos vio cómo varios menores estaban siendo asistidos.








