Tras la cadena nacional en la que el presidente Javier Milei presentó los lineamientos del Presupuesto 2026, los mercados reaccionaron con alivio y marcaron una jornada de recuperación, aunque todavía en un marco de fragilidad. La señal política de compromiso con el superávit fiscal y con el cumplimiento de los compromisos de deuda generó un rebote tanto en bonos como en acciones, acompañado por una leve baja en el dólar mayorista.

En el segmento de deuda, los bonos soberanos experimentaron mejoras tras varias ruedas de tensiones. El AL30D, uno de los más seguidos por los inversores, avanzó cerca de 2,7%, mientras que los Globales también mostraron subas, aunque más moderadas, con el GD30D ganando alrededor de 1,5%. La lectura de los operadores fue que, aunque faltan precisiones sobre las proyecciones macroeconómicas y fiscales, el mensaje presidencial funcionó como una señal de continuidad en materia de pagos y disciplina fiscal, un aspecto clave para un mercado golpeado por la volatilidad.

En la bolsa, el S&P Merval repuntó 2,9% en pesos, y al medirlo en dólares financieros como el contado con liqui, la mejora fue aún más notoria, del orden del 4,4%. Este rebote, sin embargo, se dio en un contexto de fuertes pérdidas acumuladas en septiembre, que habían rozado el 17% en moneda dura antes del anuncio. Aun así, la mejora fue celebrada por el mercado, con avances en compañías líderes como Loma Negra, Central Puerto, Metrogas, Telecom y BYMA, que subieron entre 2 y 2,5% en la rueda.

El tipo de cambio oficial mayorista también mostró una leve corrección a la baja, al cerrar en 1463,40 pesos, unos 2,61 pesos menos que el día previo, alejándose moderadamente del techo de la banda de flotación, fijado en 1472. Esta señal fue interpretada como una muestra de que el Banco Central mantiene el control de la dinámica cambiaria en medio de la incertidumbre política y económica.

Entre los analistas, la reacción fue de cautela optimista. Se destacó el tono dialoguista del mensaje de Milei, con referencias a temas sensibles como las jubilaciones, y el énfasis en alcanzar acuerdos políticos para avanzar con reformas. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la sostenibilidad del programa económico: aún no se publicaron los supuestos macroeconómicos del Presupuesto y no está claro si el esquema cambiario y monetario podrá mantenerse sin ajustes en los próximos meses.

En conclusión, la cadena presidencial y la presentación del Presupuesto 2026 ofrecieron una pausa en la tensión financiera y permitieron un repunte en los activos argentinos. No obstante, la magnitud de la recuperación refleja más un voto de confianza coyuntural que un cambio de tendencia estructural. Los inversores esperan ahora señales más concretas sobre cómo se ejecutará el programa fiscal, cómo se resolverán los desafíos políticos en el Congreso y qué margen tendrá el Gobierno para sostener la estabilidad cambiaria en un año marcado por la incertidumbre.

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