El presidente Umaro Sissoco Embalo, elegido por primera vez en 2019, se postula para un segundo mandato a pesar de que inicialmente se comprometió a cumplir solo uno.
Sissoco Embalo intentó recordar a los votantes lo mucho que había hecho por el país: “Lo he dado todo para darle a Guinea-Bissau una segunda oportunidad de futuro. ¿De verdad queréis entregar el país a alguien que no tiene visión de futuro?”. preguntó.
En 2023, disolvió el parlamento controlado por la oposición tras enfrentamientos armados que describió como un intento de golpe de estado. Pero los críticos vieron esta medida como un esfuerzo por extender su mandato.
“Aunque el mandato oficial de Embalo terminó en febrero de 2025, permaneció en el cargo y pasó los meses siguientes marginando sistemáticamente a la oposición”, explica a DW el periodista Bacar Camara.
De los 14 partidos que compiten por 102 escaños parlamentarios, sólo la plataforma progubernamental No Kumpu Guine (Juntos por Guinea-Bissau) parece tener posibilidades realistas de obtener la mayoría. Por primera vez en la historia del país, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), que llevó a Guinea-Bissau a la independencia de Portugal en 1974, no aparecerá en las papeletas.
La coalición liderada por el PAIGC, Pai Terra Ranka (Adelante con Nuestra Patria), encabezada por el principal rival de Embalo, Domingos Simoes Pereira, fue descalificada por la Corte Suprema en octubre. Oficialmente, el motivo fue la presentación tardía de los documentos electorales, aunque muchos observadores consideran que se trata de una motivación política.
Poder judicial acusado de estar armado
Camara dice que el régimen ha utilizado el poder judicial para eliminar a los opositores políticos.
“Las dos principales coaliciones de oposición fueron simplemente descalificadas por motivos legales que carecen de fundamento creíble”, afirmó. Describió la medida como un “efecto dominó” observado en otros países africanos: una estrategia para debilitar sistemáticamente a la oposición y consolidar el poder.
Lucia Bird, experta de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, dijo a la agencia de noticias AFP que Embalo se encuentra en una “posición fuerte”.
“Esto se explica en parte por el hecho de que pudo llevar a cabo su campaña sin restricciones, a diferencia del resto de la oposición, que se enfrentó a limitaciones importantes”, como la falta de recursos, afirmó.
La única alternativa conocida es el candidato independiente Fernando Días, cuyo apoyo proviene en parte del PAIGC. Otros candidatos, como José Mario Vaz y Baciro Dja, siguen siendo en gran medida marginales.
Supervisión internacional limitada
Guery Gomes Lopes, portavoz de la Liga Guineana de Derechos Humanos, criticó la falta de compromiso de las organizaciones internacionales. Ni el bloque comercial de África occidental CEDEAO, ni la Unión Africana, la Unión Europea o Estados Unidos han mostrado un interés significativo.
“Es la primera vez que no hay control internacional de las elecciones. No sabemos si las organizaciones internacionales no han sido invitadas o no están interesadas”, dijo Lopes a DW, añadiendo que “no sabemos qué está pasando con los socios internacionales, como la Unión Europea. Este no es un proceso electoral libre, justo y transparente”.
No está claro qué observadores internacionales han sido invitados y la legislación nacional no permite observadores locales. Algunos grupos de la sociedad civil planean supervisar las elecciones, pero tienen una capacidad limitada.
La cobertura de los medios independientes también está restringida. Las emisoras públicas portuguesas RTP Africa y RDP Africa, así como la agencia de noticias LUSA, fueron expulsadas de Guinea-Bissau en agosto. Bascar Camara dijo a DW que, si bien el tiempo de transmisión está regulado legalmente, la cobertura está muy sesgada a favor del gobierno, lo que deja marginadas las voces de la oposición.
Editado por: Cai Nebe







