Oportunidad desperdiciada para el Mallorca frente a un rival, el Espanyol, que se le ha atragantado en la última década, en la que los bermellones no han logrado sumar ninguna victoria y apenas un punto de treinta posibles. El foco principal de este nuevo fracaso en tierras barcelonesas estuvo en las porterías. Más allá de los polémicos penaltis que suelen comentar los aficionados, la actuación de los porteros fue determinante para el resultado final.

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