Las competiciones sub-20 suelen servir como escaparate de las futuras estrellas del fútbol mundial. Coincidencia o no, el goleador del último Sudamericano y del último Mundial de la categoría fue el mismo nombre, un colombiano que apuntaba a las grandes ligas europeas: Néiser Villarreal. El delantero de Millonarios se cubrió de gloria con ocho goles en el clasificatorio y cinco tantos en la Copa del Mundo. Parecían abrirse las puertas del Viejo Continente de par en par. Pero fue Cruzeiro el que se llevó el gato al agua, anunciando un precontrato.

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