La segunda temporada de Pere Romeu ha cambiado el pulso interno del Barça. Con una plantilla más corta que la del curso pasado —solo 20 jugadoras del primer equipo—, el técnico ha convertido la gestión de minutos en una herramienta estratégica y, al mismo tiempo, emocional. No ha repetido ni un solo once en los 14 partidos disputados. Ese simple dato explica una idea mayor: todas se sienten importantes, todas se sienten cerca de la titularidad.

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