Cuando Francisco F. Castillo habla, su experiencia de casi medio siglo de trayectoria con la Small Jazz Band le fluye por los poros. Incluso llega a transmitirse del otro lado del teléfono como si fuera una enseñanza de generación en generación de esas que se aprenden prestándole atención a un mínimo gesto.
“Ya tenemos cinco giras a Nueva Orleans, que es donde nace toda la música que tocamos, y la idea es poder hacerlo nuevamente en 2026, para nuestros 45 años. Y si no será en 2027”, asegura sin titubeos el cornetista y clarinetista.
Poco antes de terminar la charla con La Voz en la que publicita un concierto muy especial que tendrá lugar este domingo, deja caer otro dato rutilante: “Somos uno de los pocos grupos de fuera de los Estados Unidos que participamos en los festejos del Día Internacional del Jazz que hace el Museo del Jazz de esa ciudad. Hace cinco años que participamos de forma presencial o virtual”.
Sin vanagloriarse en exceso por algo que es todo un privilegio, Castillo certifica otra cosa. No parece extraño que el quinteto formado en 1981 (y que completan Luis Alasino en saxo y trombón, Alejandro Kras en banjo, Roque Celis en tuba y Javier Machado en batería y tabla de lavar) sea el encargado de presentar el espectáculo “100 años de jazz”, que se realizará en el teatro Comedia.
Una ocasión especial
“Lo que tiene el jazz tradicional es que es una música que puede acompañar cualquier tipo de evento, de los más festivos y alegres hasta el servicio fúnebre de un féretro, que lo hemos hecho”, cuenta Castillo sobre una de las experiencia más sorprendentes que ha tenido con la Small Jazz Band.
“Nuestros shows son en todo tipo de situaciones porque la música se presta para eso”, acota el músico, que se divierte al relatar cómo el grupo es capaz de llegar a cualquier lugar y ponerse a tocar sin necesidad de enchufar nada. Basta armar la batería en cualquier rincón, empuñar el tabla de lavarel clarinete, el saxo, el trombón, la tuba, el banjo y contar hasta cuatro para empezar a sonar.
En ese sentido, una de las particularidades que tendrá el concierto de este domingo será la posibilidad de ver a la formación en un escenario más amplio y con una acústica excelsa en comparación con otros espacios más pequeños en los que suele presentarse el quinteto.
“Es un teatro histórico pese a su formato moderno”, asegura Castillo. “Nosotros, desde hace varios años que todos los aniversarios, y algunos otros shows, los hacemos en escenarios grandes como el del Teatro del Libertador. Hace poco hicimos ahí en el Comedia el Carnaval de Invierno y hemos tocado antes. Significa ocupar un lugar emblemático de la ciudad”, comenta luego, siempre preocupado por la difusión del estilo.
“También es importante hacer un aporte en un género que, si bien cuenta con muchos seguidores (desde el año 2009 Córdoba tiene un festival muy importante), tiene la oportunidad de incorporar esta sala a su circuito”, subraya.
Para ello, además, decidieron profundizar en un repertorio que, más allá de tener un siglo de vigencia y de ser un estándar de la música popular del siglo 20, sigue sonando fresco e irreverente.
Siglo de oro
“Es impresionante la cantidad de música que hay para hacer, grabaciones de los años 20 y 30, de distintas orquestas e intérpretes. Muchas de las cosas ya las conocemos, porque somos investigadores en esto, pero nos sorprendemos continuamente de lo que va apareciendo en las plataformas. Estamos estudiando siempre nuevo repertorio”, describe el clarinetista.
A la hora de anticipar la presentación del domingo, asegura: “Si bien el género tiene más de 100 años, el espectáculo nuclea repertorio de jazz que fue compuesto, grabado o editado puntualmente alrededor de hace un siglo”.
“Se da también que se cumplen 100 años del primer grupo con el nombre propio de Louis Armstrong, los Hot Fives de 1925. Muchas de las composiciones que tocó y grabó con ese grupo ya tienen 100 años o andan por ahí cerca, así que ese fue el motivo por el cual se seleccionó ese repertorio”, argumenta Castillo.
Para el músico, el objetivo es claro: que quienes asisten a sus conciertos “vayan luego en busca de los verdaderos maestros de este género”. Lo suyo es, claro está, una misión casi evangelizadora. “En nuestros shows, cuando tocamos un tema, referenciamos en el acto de dónde viene esa música, quién la grabó, quiénes son sus autores, sus intérpretes, cómo se hizo”, precisa Castillo, un referente ineludible a la hora de hablar de jazz caliente en Córdoba (y más allá también).
–Con tu experiencia, ¿cómo ves el presente del género en Córdoba?
–Córdoba tiene tradiciones muy fuertes en distintos géneros. Yo siempre digo que debe haber pocos lugares con tantos coros, por ejemplo. Y el jazz ha tenido un lugar por momentos más fuerte, por momentos menos, pero me parece que tiene muchos músicos importantes. Por ahí se les podría dar un poquito más de visibilidad, no siempre se llega con facilidad a los medios. Hay muchos músicos, lo que no hay son formaciones estables, que es una de las cosas que tiene nuestra banda como algo característico. Somos cinco músicos, de los cuales tres somos originales desde fines del 81. Lo que pasa es que los proyectos no duran tanto. Sí están los músicos. Preparados, estudiosos, hay una camada de jóvenes muy interesantes; no en el jazz tradicional desgraciadamente, pero sí en otros estilos dentro de un género que es sumamente amplio. Cada vez que se realizan festivales y conciertos en espacios abiertos, uno ve la gran afluencia de público respondiendo, mucha gente joven incluso. Lo hemos comprobado en los festivales o en estos Carnavales de jazz que hace cuatro años venimos haciendo con la Municipalidad. El acompañamiento es muy importante. Y creo que tiene que ver con lo que significa el jazz en sí. Algo que rescatamos mucho es la cantidad de gente joven que hoy se dedica al baile del jazz. Hay academias dedicadas especialmente a bailar este género y en muchos shows, como el de este domingo, también nos acompañan. Eso también marca lo que llega el género y el estilo tradicional.
–¿Cúal es el secreto para sostener un proyecto durante tanto tiempo?
–Hay un poco de todo. No somos un grupo de amigos que, ya que estamos, nos juntamos a tocar. Si bien tenemos una relación profesional y amistosa fuerte, los dos integrantes más nuevos que tiene la banda (la batería y la tuba) tienen 25 años ya. Tampoco son nuevitos. Si hay algún tipo de secreto, me parece que es el objetivo. Tener muy claro que el objetivo es poder avanzar y poder trabajar sobre el estilo que elegimos, que es el jazz de los años 20 o el jazz de Nueva Orleans. Nosotros no abandonamos nunca ese repertorio y es el horizonte tras el cual vamos. Hemos cambiado algunos músicos, hemos tenido también desacuerdos planificando conciertos o alguna gira, pero cuando el objetivo está claro y la idea es transitar esta misión que nos hemos propuesto, creo que se puede llegar. Se generan también amistades, evidentemente nos reunimos también para compartir otros momentos, pero todo en definitiva tiene que ver con este objetivo de tocar jazz tradicional y sobre despertar esa curiosidad en el público.
Para ir
La Small Jazz Band presenta “100 años de jazz” en el teatro Comedia (Rivadavia 254) este domingo a las 20. También estarán presentes como invitados los cantantes Sebastián Salomón y Guadalupe Briñón y la academia de baile Córdoba Swing. Entradas en venta a $ 20 mil más cargo por servicio a través de Ticketek.