Dos semanas han pasado desde la última vez que el Levante entró en acción y, echando la vista atrás, parece mentira que las ganas de ver a los futbolistas dirigidos por Julián Calero hayan ido en aumento conforme han transcurrido los días. La desazón provocada tras la derrota ante el Elche en el Martínez Valero, mostrando una imagen tan irreconocible como pobre, es incomparable a la emoción que se palpa en los alrededores del universo levantinistaque tiene la sensación de que su tendencia cambiará más pronto que tarde, sobre todo, tras vivir un cierre de mercado frenético.
Sin embargo, la llegada de Etta Eyong, uno de los nombres de LaLiga tras su notable arranque con el Villarreal, y la permanencia de Carlos Álvarez después de que club y jugador no hayan forzado una salida pese al firme interés del Benfica, son los clavos ardiendo a los que se agarra Orriols. Pensó, por momentos, que la media hora que el ‘24’ jugó contra el Barça sería la última vez que verían al héroe del ascenso con la elástica azulgrana, pero su estancia garantiza una pieza de muchos quilates para luchar con uñas y dientes por la salvación. El Ciutat respira un aroma diferente. Y, sumado a la fuerza, energía y pasión que ejerce cada vez que rueda el balón en su interior, no tiene dudas de que su Levante cambiará su rumbo frente al Betis.
Si un último día de mercado es capaz de cambiar el estado de ánimo de una afición entera, tal y como sintió el levantinismo al contar con dos futbolistas de prestigio en sus filas, en el bando verdiblanco de Sevilla no se andan cortos. Un verano entero de espera valió la pena para contar otra vez con Antony, futbolista procedente del Manchester United que revolucionó el Benito Villamarín con su aterrizaje en el pasado mercado de invierno. Su presencia no solo llevó a los de Pellegrini a tener opciones de entrar en Champions, sino que les llevó a disputar la primera final europea de su historia, cayendo ante el Chelsea y quedando subcampeón de la Conference 24/25. El ‘7’ jugará en València su primer partido desde aquella final, aunque el arranque del Betis en el presente curso no corresponde con las expectativas generadas: 2 empates, 1 victoria y 1 derrota.
No obstante, esperan mirar hacia arriba ante un Levante que busca estrenar su casillero. No solo con Carlos y Etta, sino también con la presencia de Koyalipou y Arriaga, que apuntan a estar disponibles tras incorporarse a los entrenamientos esta semana. Iker Losada, por su parte, podrá vestirse de corto al no tener cláusula de miedo en su contrato de cesión. Cualquier refuerzo será bienvenido para un Levante que vuelve al Ciutat con un solo objetivo: conseguir los tres primeros puntos de la temporada.
El Betis, con bajas
Con las bajas conocidas de Ruibal e Isco, el timón del juego bético, y el marroquí Abde recién salido de una larga dolencia, más la del lateral zurdo suizo Ricardo Rodríguez, lesionado con su selección, el once de Pellegrini estará condicionado por el estado de los nuevos fichajes y de los internacionales que han estado con sus equipos nacionales.
Es posible que Pau López retorne a la portería, tras superar una lesión, aunque podría seguir Álvaro Valles, y en defensa son seguros Bellerín, Natan y Junior Firpo, éste en el lugar de Ricardo Rodríguez, mientras que Marc Bartra es baja por unas molestias y deberá sustituirlo el joven argentino Valentín Gómez o Diego Llorenteya recuperado de la dolencia sufrida al final de la pasada campaña.
En el medio campo repetirían Altimira y Fornals. El marroquí Amrabat, recién llegado, será suplente, en tanto que el brasileño Antony se estrenará en el extremo derecho en su segunda etapa en el Betis y el argentino Lo Celsotras haber estado con su selección, y el colombiano Deossa optan a la media punta, con Riquelme en la izquierda y el colombiano Cucho Hernández en punta.