La policía de Múnich cerró temporalmente la zona del Oktoberfest ayer por la tarde (miércoles), tras recibir una misteriosa amenaza de explosión relacionada con una devastadora explosión en una casa residencial en el norte de la ciudad que mató a un sospechoso.

El cierre, que duró horas, provocó la evacuación de miles de visitantes esperados, y se desplegaron 500 policías y perros detectores de minas para registrar el vasto sitio, donde se reúnen millones de visitantes anualmente. Después de una intensa búsqueda, las autoridades anunciaron que no se había encontrado nada sospechoso, lo que permitió la reapertura del festival.

Los hechos comenzaron después de que en una casa aislada al norte de Múnich se presenciaran explosiones y sonidos de disparos, que provocaron un incendio. Bomberos y policías llegaron y encontraron una camioneta en llamas y varios vehículos dañados, además de “trampas explosivas” dentro de la casa, según informó la policía.

En una nota escrita por el sospechoso, cuyo cuerpo fue encontrado en la casa y se cree que se suicidó, había una misteriosa amenaza explosiva dirigida al Oktoberfest, lo que llevó a la policía a investigar posibles vínculos entre el incidente y el lugar festivo.

Zona del Oktoberfest cerrada.

El proceso es muy dramático.

El subjefe de la policía de Múnich, Christian Huber, confirmó en una rueda de prensa: “La operación fue muy dramática, pero las investigaciones confirmaron que no había ningún peligro real para el festival ni para otros lugares de la ciudad”. La policía calificó el incidente de “disputa familiar”, aunque negó cualquier implicación de la extrema derecha, según confirmó el ministro del Interior bávaro.

El Oktoberfest de Múnich, que se celebra anualmente desde 1810 para celebrar la boda del príncipe Luis de Baviera, es el festival folclórico más grande del mundo y atrae a más de 6 millones de visitantes cada año.

Los festivales de este año comenzaron el 20 de septiembre y ya han atraído hasta el momento a 3,5 millones de visitantes, con un presupuesto económico de 1.200 millones de euros. Sin embargo, esta no fue la primera amenaza; El festival ha sido testigo de incidentes de seguridad anteriores, como un tiroteo en 2016 que mató a 10 personas y amenazas terroristas en 2018 que llevaron al despliegue de miles de policías.

El incidente se produce en el contexto de la escalada de tensiones de seguridad en Alemania después de incidentes como el ataque con cuchillo en Solingen en agosto pasado, que provocó la muerte de tres personas, lo que llevó al gobierno a fortalecer las medidas de seguridad en grandes reuniones, incluidos estrictos controles de seguridad y cámaras de vigilancia en el Oktoberfest.

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