Un jubilado de 76 años de City Bell se convirtió en las últimas horas en víctima de una estafa virtual que lo condujo a perder la totalidad de su jubilación. Todo comenzó el pasado 3 de septiembre, cuando recibió una videollamada de un hombre que se presentó como asistente de una empresa de pagos electrónicos. Con tono persuasivo, el supuesto operador le advirtió sobre una compra no autorizada por 500 mil pesos y lo instó a seguir un procedimiento urgente para cancelarla.

La maniobra incluyó el pedido de datos personales, una foto de su rostro y de su DNI, además de la apertura de enlaces enviados por mensaje. Bajo la presión de un supuesto fraude inminente, el jubilado terminó realizando dos transferencias bancarias por un total de 498 mil pesos. La escena fue ejecutada con precisión: una mezcla de urgencia, tecnicismo y manipulación emocional que arrastró a la víctima hacia la pérdida.

Días más tarde, el mismo individuo volvió a comunicarse para reclamar más dinero. Fue entonces cuando el jubilado, agotado por la insistencia y con sospechas ya instaladas, decidió bloquear el número. Ese paso le permitió, poco después, confirmar en el banco que todos los movimientos habían sido fraudulentos y que la operación inicial jamás había existido.

Las pistas que quedaron son endebles pero significativas: números telefónicos utilizados para el contacto, enlaces web sospechosos y la copia de los movimientos bancarios. La estafa vuelve a exponer la vulnerabilidad de los adultos mayores frente a las redes de delincuencia digital.

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