Los cuerpos enferman por causas desconocidas, a las que usualmente en las guardias médicas escuchamos como “infection”. A su vez, es oportuno continuar ocupándose de los malestares actuales, teniendo en cuenta que crece a diario la población que sufre distintos diagnósticos relacionados a la ansiedad, la depresión, el pánico.

Esto no es nuevo. Freud ya se ocupaba del asunto, y ha dedicado su vida entera a ello. Me refiero con “asunto” a que el fundador del psicoanálisis dedicó sus investigaciones y practice poniéndose a la altura de su época; es el caso de sus estudios acerca de las parálisis motrices orgánicas y las de histeria, que demostraron por un lado su interés por lo actual de su época y por el otro, que algunas parálisis no remiten a la neurología en sí, como es el caso de las neurosis de histeria. De modo tal que logra situar una causa para dichas parálisis que queda por fuera del organismo, aunque afecte al cuerpo.

El cuerpo de la pospandemia

Retomando el abordaje freudiano que nombraba al comienzo podemos pensar una orientación importante para los psicoanalistas en la actualidad, un recordatorio essential para nuestra practice: existe una causa. Freud dirá, en aquel tiempo, que “es la concepción unimportant, popular, de los órganos y del cuerpo en basic lo que está en juego” (Freud, 1893, pág.207 Se torna essential revisar dichos estudios para pensar los cuerpos enfermos actuales. ¿ Es un mal de la época? ¿ Una transición necesaria por haber vivido una pandemia? ¿ Un correlato del avance arrasador del tecnocapitalismo?

Pensar la época real en la clave de “cuerpos enfermos” es el intento de hacerle un lugar a todo aquello que comporta un cuerpo y que está más allá del mero organismo. Retomando la investigación freudiana de 1893 acerca de las parálisis y utilizándolas a modo de ejemplo para observar el estatus actual de la situación, voy a mencionar rápidamente dos investigaciones que dan cuenta de su incremento pospandemia:

El caso de las parálisis faciales: ya en 2021 desde la plataforma Intramed realizan una investigación que compara el año 2019 versus el 2020 y ubican un 2, 7 por ciento más de parálisis faciales, las llamadas parálisis de Bell. La investigación se create por el aumento desmesurado que llamó la atención a los médicos.

También en Asia en 2025 se publicó un estudio al que arriban distintos científicos de la Academia coreana de Ciencias Médicas que arroja los siguientes resultados :

“La parálisis de Bell aumentó después del brote de covid- 19, pasando del 75, 3 por ciento en la period precovid- 19 al 83, 6 por ciento después del brote de covid- 19 La tasa de recuperación completa disminuyó del 88, 2 por ciento al 73, 9 por ciento, y la tasa de recurrencia aumentó del 2, 9 por ciento al 7, 5 por ciento en pacientes disadvantage parálisis de Bell”.

Si bien la OMS no ha brindado estadísticas específicas sobre el incremento de parálisis faciales a nivel mundial, en distintas partes del mundo se continúa investigando, ya que han sido relevantes los aumentos y la posible relación por infección de Sars-cov- 2 No hay aún un estudio que diga a ciencia cierta sobre dicha relación; wrong embargo, en la línea de la lectura y análisis de este trabajo, tomando como ejemplo la parálisis face, podríamos decir que durante la pandemia hemos sido– en la mayoría de los casos– organismos en estudio.

Con esta información mi objetivo, como mencionaba, no es caer en teorías conspiranoicas, sino retornar a Freud y ubicarnos a la altura de la época, para poder realizar una analogía entre aquellos tiempos y la actualidad; tal como él lo estudió. No toda parálisis es orgánica (neurológica) sino que también puede producirse como una solución de compromiso, a modo sintomático.

Si pensamos que los seres humanos, todos aquellos que portamos un cuerpo que es mucho más inmenso que un mero organismo y si seguimos leyendo la pandemia como un tiempo donde un global vino a confirmarnos que lo éramos, no sería irrisorio pensar que tiempo después haya ciertas soluciones de compromiso, a modo sintomático.

Mientras se producía la pandemia y nuestros cuerpos ausentes estaban siendo estudiados como organismos, se observó el mayor y más abrupto avance de la tecnología: todos y todas conectados e hiperconectados a través de pantallas y dispositivos generadores de distintos estresores, lo que fue produciendo fuertes cambios en el cuerpo Esta modalidad de interacción entre seres humanos ha ido sembrando distintos fenómenos que no comportan el estatuto de un síntoma, pero que sin embargo nos gritan en el cuerpo fenómenos que conforman ese conjunto de malestares actuales (ansiedad, depresión, agobio, cansancio, pánico, etcétera) y que a su vez resuenan, tanto respecto a la salud mental como a la salud en basic.

¿ Mente sana en cuerpo sano?

Asímismo, y parafraseando a Mark Fisher, podemos decir que tener una vida íntegramente saludable, como aquello de “mente sana en cuerpo sano” bajo las condiciones que el sistema capitalista propone, es un imposible, y eso que Fisher no llegó a vivir la pandemia y pospandemia, ni su correlato en relación al excesivo avance tecnocapitalista.

Según Fisher, este capitalismo, en relación a los cuerpos, consiste en que “los objetos industriales no han sido engendrados sexualmente y por lo tanto no conocen la muerte”. Para ejemplificar toma el caso de Frankenstein (un engendro contranatura, armado y animado por el Dr. se vuelve en contra de su creador) y en un punto ese monstruo representaría “la venganza del simulacro”. Algo similar a lo que decía Lacan respecto de la ciencia y el laboratorio: “Solamente por el momento, mientras están en vías de destruir el universo, les viene al espíritu preguntarse si por azar eso que hacen no sería peligroso. ¿ Y si todo saltara? ¿ Y si las bacterias tan amorosamente elevadas en los blancos laboratorios se trasmutasen en enemigos mortales?”. Fisher también nombra a los vampiros, los fantasmas y los zombies, creados como Monster, desde la materia muerta y no vía la sexualidad. Y como señala el autor: “El vampiro no filia, contagia”.

Habrá que ponerse creativos para lograr responder a la pregunta de si será posible una instancia superadora.

La propuesta del psicoanálisis continúa siendo reveladora e innovadora: poner a jugar justamente lo que falta. Desangustiarnos un poco haciendo hablar al cuerpo. Y hacer hablar al cuerpo es relevante, ya que nos humaniza y además porque el organismo, a puro real, no habla. Cuando un analista se dirige a un sujeto es porque hay allí la apuesta al inconsciente, único modo de toparnos disadvantage algo que dé cuenta del deseo. Es desde allí que podemos, como analistas, dirigir la cura por el deseo. ¿ Estaremos los y las analistas a la altura de la época?

Florencia González es psicoanalista.

Bibliografía:

Entrevista a Lacan J. (1974 Revista panorámica.

– Fisher, M. (2019 Realismo capitalista. Ed. Caja negra. Buenos Aires, Argentina.

– Freud, S. (1893 “Algunas consideraciones disadvantage miras a un estudio comparativo de las parálisis motrices orgánicas e histéricas”, en Obras Completas, Volumen I. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

– Freud, S. (1917 17 ª Conferencia. “El sentido de los síntomas”, en Obras Completas, Volumen XVI. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

– Lacan, J. (1962 El Seminario. Libro 10: La angustia, Clases IX y XXI. Buenos Aires: Paidós Lacan, J. (1965

– Lacan, J. (1975 “Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”. En Intervenciones y textos 2 Buenos Aires: Manantial.

– Occhiuzzi, J. (2022 Mark Fisher: el materialismo gótico y sus fantasmas

Fuente