Provocó un estallido de aplausos exultantes de los legisladores del Likud del primer ministro israelí y otros partidarios en la Knesset, quienes corearon vertiginosamente el apodo de Netanyahu: “¡Bibi! ¡Bibi!”.
Trump añadió: “Cigarros y champán, ¿a quién diablos le importa eso? Muy bien, basta de controversia por hoy, no creo que sea tan controvertido”.
Los comentarios subrayaron la voluntad de Trump de inmiscuirse en los asuntos internos de Israel, y de hacerlo de una manera característicamente provocativa y poco diplomática para ayudar a un aliado.
Y sí, sería absolutamente controvertido en Israel si Herzog intentara hacer algo así, y el atractivo público de Trump pareció impactante a los israelíes de mentalidad más tradicional.
Esta no es la primera vez que Trump pide el indulto de Netanyahu antes de un juicio por soborno, fraude y abuso de confianza, incluida la recepción de obsequios extravagantes, entre ellos cigarros y champán. El primer ministro israelí fue acusado en 2019, y algunas de las investigaciones que dieron lugar a los cargos se remontan a 2015.
El caso se ha retrasado una y otra vez debido a maniobras legales de Netanyahu y sus abogados, así como a preocupaciones diplomáticas y de seguridad durante la guerra de Gaza.