Pequeñas pesadillas 3 es la tercera entrega de la saga de plataformas con ambientación de terror. Pero no es un videojuego que busca provocar miedo: es un título que se hace querer. Por su atmósfera, por su forma de narrar sin diálogos ni mensajes explícitos. Y en esta edición incorpora una novedad: el modo cooperativo online.

Sí, se puede jugar de a dos, pero únicamente de forma online. No hay opción para jugar en cooperativo local con dos mandos. El desarrollo quedó en manos de Juegos supermasivosen reemplazo de Tarsier Studios, responsables de las entregas anteriores.

¿Fue una revolución? No. La estética se mantiene, con escenarios inquietantes y criaturas grotescas. ¿Era necesario cambiarlo todo? Tampoco. Quien juega un Pequeñas pesadillas espera justamente eso: movimiento pausado, puzles, algún combate ocasional y un mensaje final. En esta ocasión, la experiencia dura unas seis horas.

La historia sigue a Bajo y Solodos personajes que intentan escapar del Nowhere, una especie de “nada” dominada por los escenarios perturbadores de La espiral.

El juego se desarrolla en desplazamiento lateral, con mecánicas de plataformas, puzles colaborativos, persecuciones y secuencias de acción. También incorpora profundidad vertical, lo que enriquece el diseño de niveles.

Cada protagonista cuenta con un objeto distintivo: Low utiliza un arco de puntería automática y Alone una llave inglesa de gran tamaño.

La cooperación entre ambos es clave para avanzar, superar obstáculos y resolver situaciones. Todo se hace de a dos, aunque no alcanza el nivel de títulos como Se necesitan dos oh Desenredarreferentes del género colaborativo.

En La Voz lo probamos en una Xbox Series X y compartimos lo mejor y lo peor de nuestra experiencia.

Lo mejor de Little Nightmares 3

  • Calidad audiovisual: mejora en escala y acabado visual. La ambientación conserva el estilo grotesco característico de la saga.
  • Modo cooperativo: cumple sin destacar, pero representa una evolución necesaria.
  • Fórmula conocida: mantiene la estructura de plataformas con atmósfera de terror. El juego atrapa desde el inicio.
  • Puzles colaborativos: la interacción entre Low y Alone exige coordinación. Es necesario combinar habilidades para avanzar, alcanzar zonas elevadas o manipular mecanismos.

Lo peor de Pequeñas Pesadillas 3

  • Problemas de control: el sistema de movimiento y el uso del arco presentan imprecisiones que afectan la fluidez. Aunque, si se pierde, el jugador reaparece cerca del punto de caída.
  • Reducción de la tensión: el modo cooperativo disminuye la sensación de soledad y la atmósfera tétrica. El aumento de espectacularidad reduce el impacto ambiental.
  • IA demasiado eficiente: en partidas en solitario, la inteligencia artificial del acompañante resuelve situaciones antes de tiempo, lo que resta protagonismo al jugador.

Conclusión de Pequeñas pesadillas 3

Pequeñas pesadillas 3 ofrece una experiencia sólida para quienes desean continuar en el universo de la saga. El modo cooperativo es su principal aporte, aunque la pérdida de tensión, los problemas de control y la escasa innovación limitan su impacto.

La ambientación sigue siendo uno de sus puntos más fuertes. Y el juego tiene carisma. Tiene magia. Si jugaste los anteriores, esta tercera entrega también merece ser explorada. Está disponible en consolas PlayStation, Xbox y PC. En La Voz lo recomendamos.

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