En los interiores contemporáneos, la estética ya no es sólo un adorno: es relato, es emoción e identidad visual. Los muros dejaron de ser superficies neutras para convertirse en lienzos que capturan intenciones, memorias y carácter. Entre las tendencias que reconfiguran el arte de habitar, la impresión fotográfica y los revestimientos personalizados se alzan como una de las más poéticas: conectan la belleza con lo íntimo, la imagen con la historia personal, y lo visual con lo emocional.
Según VInformes del mercado erificadoel segmento del arte mural personalizado es una de las tendencias en decoración de interiores que crecerá más del 25% en los próximos años, convirtiéndose en una vía clara de expansión y en potenciales oportunidades de negocio.
Jaume Carrera, experto en impresión digital de gran formato para Roland DGA en Sudamérica, dijo: “Personalizar espacios con murales fotográficos no es sólo una tendencia, es una forma de diseñar con alma. Los espacios ya no se piensan para impresionar, sino para representar. Queremos lugares que hablen de nosotros, que nos reconozcan y nos contengan”.
Datos recientes lo confirman: el 63% de los Millennials prioriza estar en espacios adaptados a su esencia y necesidades, y seis de cada 10 afirman que para sentirse identificados con un lugar este debe reflejar una identidad más humana. No se trata sólo de decoración, sino de pertenencia.
Los murales decorativos personalizados para paredes interiores se vuelven testimonio; un pasillo, un susurro visual; una habitación, un espejo del alma. Llevar una imagen personal a gran escala cambia por completo la manera de habitar un espacio. Lo vuelve nuestro y lo hace vivo.
Multifuncionalidad
Las impresiones en gran formato no sólo decoran: narran, conectan y dignifican los espacios. “Con los avances en impresión digital de alta resolución, es posible integrar imágenes personales o evocadoras en muros, mobiliario y superficies arquitectónicas con una riqueza visual y táctil sin precedentes”, añadió Carrera.
Esta tendencia en decoración redefine la manera en que concebimos los interiores: más que simples espacios funcionales, son escenarios que cuentan quiénes somos y qué nos importa. La fotografía mural impresa en gran formato se integra en proyectos arquitectónicos, corporativos y culturales como un recurso expresivo de alto impacto.
En edificios habitacionales, impresiones para decorar paredes crean refugios emocionales donde cada pared habla. En hospitales y clínicas, los murales con paisajes o escenas naturales suavizan la experiencia del paciente, aportando calidez y humanidad. Donde antes predominaba la frialdad funcional, emerge la sensibilidad visual como recurso de bienestar. En hoteles boutique, la fotografía se convierte en narradora de lo local: retratos, texturas, tradiciones, todo cabe en una imagen que transforma una habitación en un universo propio. Las escuelas, por su parte, encuentran en estos murales un vehículo para inspirar, transmitir valores y construir comunidad. En oficinas, las imágenes celebran logros, cuentan historias de marca y refuerzan su propósito.
El auge de esta tendencia está impulsado por los avances en impresión digital UV de gran formato que permite trasladar imágenes fotográficas de alta resolución a superficies antes impensadas (madera, acrílico, metal) sin sacrificar profundidad de color, detalle ni durabilidad.
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