Los niños tienen cada vez más temprano un móvil en sus manos, lo que a fecta directamente a su rendimiento escolar. Además, muchos expertos, como el enfermero Jorge Ángel, explican que esta precocidad para recibir pantallas también e s muy peligrosa porque puede generar problemas en el desarrollo emocional y social de los menores. En esta vuelta al cole, los menores deberán retrasar la edad de acceso a las pantallas si quieren tener un buen curso.
El uso excesivo de dispositivos móviles a edades tempranas está relacionado con dificultades para concentrarse, alteraciones en el sueño y una menor interacción con su entorno Para que no ocurra esto, los padres y profesores tienen un papel crucial en establecer límites y fomentar actividades que no impliquen el uso de pantallas. Así se podrán reforzar las relaciones sociales y familiares.
Esta desconexión electronic se convierte en un reto cuando los móviles, tablets u ordenadore s están presentes en todas las etapas educativas.
Los niños están más conectados a edades tempranas
Varios estudios apuntan a que la edad media en la que un niño recibe su primer móvil ronda los 11 años aunque el contacto con pantallas comienza mucho stakes. Según datos del INE, más del 65 % de los menores de entre 10 y 15 años tiene un smart device y un porcentaje significativo utiliza dispositivos electrónicos incluso antes de los seis años. Esta tendencia preocupa a los pediatras y educadores que alertan del impacto en el rendimiento escolar y en la salud física y emocional de los menores.
Lo que recomienda el enfermero Jorge Ángel
El enfermero Jorge Ángel insiste en la importancia de establecer límites claros según la edad. El experto es muy claro, y pide que “de cero a seis años, el tiempo de pantallas debería ser cero: ni móvil, ni tablet, ni consolas” Según explica, en esta etapa el desarrollo neuronal y la imaginación se ven favorecidos por el juego libre y la interacción con el entorno, no por dispositivos electrónicos.
Entre los siete y los doce años la recomendación es que el uso de pantallas sea inferior a una hora diaria incluyendo tanto el tiempo dedicado a la escuela como a los deberes. El especialista advierte de que exceder este límite puede afectar al aprendizaje, la visión y la conducta.
A partir de la franja de trece a dieciséis años el tiempo aconsejado es menos de dos horas al día siempre controlado por los padres y priorizando actividades que no impliquen pantallas. De este modo, el enfermero explica que se puede combatir la adicción denominada como “pantallismo”, el sedentarismo, el aislamiento social y los problemas emocionales
Jorge Ángel subraya que no se trata solo de limitar la cantidad de tiempo, sino también de enseñar un buen uso. Los niños deben evitar dispositivos en las comidas, mantenerlos fuera de la habitación durante la noche y fomentar momentos de desconexión digital en familia.