Hace tres meses y 19 días, 21 de junio, Oviedo y Asturias entraban en otra dimensión con la vuelta azul a Primera División. El oviedismo invadía el Tartiere, Cazorla cantaba el Volveremos desde el palco presidencial que lleva su nombre y Veljko Paunovic lloraba de emoción en el césped.
El serbio había dicho sí a Jesús Martínez, al que abrazaba ese día, para dirigir al equipo en diez partidos de Liga. También afrontó un duro play-off. Cumplió su parte: el equipo estaba en Primera.
Hoy, todo aquello ya parece un recuerdo lejano. Si alguno seguía de resaca, que salga ya de la cama. Como dijo el serbio: «Esto es Primera». Hoy, sin tiempo apenas a probar la élite, solo ocho partidos, la temporada del regreso a Primera entra en un terreno muy pantanoso, con el cese inesperado de Paunovic y el regreso de Luis Carrión, que ya entrena en El Requexón.
Tras horas frenéticas, miles de teorías conspirativas y todo Oviedo pendiente del móvil, conviene tener claras las claves de la decisión sin duda más arriesgada que ha tomado Jesús Martínez desde que se hizo con las riendas del club.
1. Hay una pregunta obligada. ¿Qué ha hecho mal Paunovic en el plano deportivo para perder su puesto? Poco. El equipo no acababa de tirar, es verdad. Ante el Levante se vieron lagunas, también. Pero la realidad es que el Oviedo, con sus problemas, que los tenía, estaba fuera del descenso después de un calendario de vértigo. Repetimos: fuera del descenso. Eso quiere decir que si acabase hoy la Liga el Oviedo se mantendría. ¿Qué pasó entonces?
Los motivos se han explicado con detalle en estas mismas páginas. Pasa en muchas organizaciones: una parte, el entrenador, tiraba para un lado; y la otra, el club, para otro. No había entendimiento. Todo lo contrario. Lo pequeño se hizo grande. Problemas del día a día, unido a otras diferencias en la planificación se fueron acrecentando hasta que la cuerda se rompió.
La cortó con la tijera Jesús Martínez, el que tomó la decisión final. Curiosamente, el dueño del Oviedo, tipo con carácter como el ya exentrenador, apenas había tratado en persona con Paunovic desde su contratación.
¿Cómo sería el panorama que le trasladaron sus colaboradores en Oviedo para optar por un cese? ¿Cómo de desgastado vería el ambiente, a la distancia, para tomar semejante decisión?
Aunque suene a tópico manido, lo importante siempre es el club, la organización, el conjunto. Y conviene tener esto bien claro para emitir cualquier análisis y no caer en argumentos simplistas. Paunovic fue el hombre que ascendió al Oviedo y también fue el hombre que sustituyó a un Calleja que tenía al equipo en play-off porque así lo quiso el club. Carrión hizo un gran trabajo en el Oviedo, del descenso al play-off, pero nunca hubiese podido fichar por Las Palmas sin que el club le hubiese llamado para sustituir a Cervera.
¿Por qué Carrión es el elegido?
2. El técnico catalán es el otro protagonista de esta crisis, con un regreso inesperado que da para alimentar todo tipo de teorías. Los hay que le acusan de traición. Pregunta abierta. ¿Qué fue eso tan terrible que hizo Carrión? Realmente, algo natural: optar por mejorar profesionalmente e irse a Primera. Normal. Su verdadero problema fue la lamentable gestión de esa salida y aquel numerito patético en El Reconquista.
Luis no fue nada claro, por eso siempre le perseguirá la duda de si estaba centrado o no en su trabajo durante el play-off o si, en el momento que el Oviedo hincó la rodilla en Cornellá, él ya sabía que al año siguiente entrenaría en Primera División. Curiosamente, al entrenador nunca se le critica su más que cuestionable planteamiento en aquel último partido, que daría para otro capítulo.
Sea como sea, su no continuidad fue traumática. En el club decían hace no mucho que su hipotética vuelta sería algo impensable después de aquella salida. ¿Qué ha cambiado entonces? ¿Por qué arriesgarse ahora, ya en Primera, a traer un entrenador mal visto por un sector de la afición?
La respuesta aquí sí parece deportiva: Martínez cree que Carrión es el mejor entrenador que ha tenido en el Oviedo y además la convivencia fue perfecta hasta que el balón paró. Las dos partes tendrán ahora que tragar sapos. Ya saben: donde dijo digo digo Diego. Y ojo con caer en catastrofismos: esto es un juego y la apuesta, como la de Paunovic en su día, puede salir bien.
3. Las organizaciones, los clubes o las empresas arrastran numerosas veces vicios pasados que suelen ser una losa. En el Oviedo pasa eso, fomentado en la etapa de Carso, que supuso alivio deportivo y económico, pero también sirvió para que se instaurase cierta mediocridad que todavía colea.
Hay sectores del club (no están aquí Martín Peláez, Agustín Lleida o Roberto Suárez, aunque por su cargo sean los máximos responsables) que siguen en el enredo permanente, en los líos, en buscar amigos o enemigos. En el atrincheramiento. Paunovic no era de esos y con esos chocó. El serbio no entraba en contemplaciones, iba de frente, no era un pelota y exigía lo máximo, fuese recogepelotas o el jefecillo de turno. Queda claro que le ha pasado factura.
4. El Tartiere será ante el Espanyol el escenario de un interesante experimento sociológico. ¿Recibirá el estadio azul a Carrión como un traidor, en un ambiente guerra civilista? Si se abren las redes sociales parece que sí. La sensación en la calle suele ser otra. He ahí otro de los problemas que se mantienen en el club, con esa obsesión con lo que diga fulano o mengano en internet.
A Carrión lo juzgarán los resultados y el problema, eso sí, es que apenas tendrá margen para un descuido y no habrá paciencia ninguna con él. Asunto peligroso ese en Primera, donde el Oviedo perderá más que ganará. Tiene mucha presión encima el entrenador, que no ha ganado ningún partido en la élite. Será un examen continuo.
5. El otro asunto en el ambiente es la planificación deportiva, que provocó diferencias entre Paunovic y Jesús Martínez, esencialmente por ese cuarto delantero que finalmente no llegó. ¿Al equipo le falta un ariete? Sí. ¿El equipo sería más fuerte con Alemao, que se marchó con la previsión de que llegase otro ariete? Sí. ¿Tiene motivos Paunovic para sentirse engañado? Depende. No todo es blanco o negro.
Es obvio que no vino el delantero que debería haber llegado, que de momento no hay un cazagoles, pero también lo es que al Oviedo le cuesta un mundo no solo meter ocasiones, sino crearlas. Se espera mucho más de Viñas y de Rondón. Por ahí tiene trabajo Carrión. El club apostó por hacer una gran renovación atrás, con una inversión fuerte por Carmo y optó por quedarse sin más dinamita arriba. También le dio vía libre al técnico para varios fichajes a la carta: Ilic, Brekalo, Ovie … Entre un club y un entrenador siempre debe haber un equilibrio. En el Oviedo no lo hubo. Falta hará ahora para lo que se avecina.
Vía: La Nueva España