Hay una palabra que sobrevuela la cabeza de Max Verstappen estos días. Y esa palabra es esperanza Esperanza en conseguir lo imposible, esperanza en obrar el milagro. Lo que nunca nadie había hecho jamás. Es la historia de algo utópico que puede parecer imposible de creer, pero Max tiene un plan. Y ese plan es ser campeón del mundo por quinta vez En Singapur, su único circuito maldito hasta la fecha, tendrá la primera bala de las últimas diez que le quedan a su revólver.

Fuente