Luis Enrique, como en casa cada vez que visita Barcelona / Valentine Enrich / SPO
“Soy culé y socio del Barça, y siempre lo seré”. Así se definió Luis Enrique en la rueda de prensa previa al partido de esta noche entre el PSG y su querido Barça. Añadió también que le gusta el equipo de Flick, que no se pierde ningún partido y que Pedri es un mago, como Harry Potter.
Pues sí, el técnico asturiano es uno de los nuestros. Como futbolista vistió la camiseta del Barça durante ocho temporadas y fue capitán del equipo. Como entrenador, permaneció seis años en el banquillo, logrando todos los títulos posibles. En definitiva, una trayectoria admirable en Can Barça. Sin embargo, hoy, por unas horas, se convertirá en un estimado “enemigo”. Porque si algo tiene Luis Enrique es esa capacidad de transmitir toda su competitividad y fuerza interna a sus futbolistas. En otras palabras, que desde que pita el árbitro, le da igual tener delante al Barça o a cualquier otro equipo.
No obstante, sería elegante que sus consocios culés le dedicaran una sonora y merecida ovación antes del inicio del partido, y que luego se centren rápidamente en animar a los suyos. Es una manera de devolverle ese barcelonismo que exhibe por todo el mundo, incluso vistiendo la indumentaria oficial del PSG.
Respecto al Barça, será una interesante prueba de fuego ante uno de los grandes de Europa. La recuperación mostrada por Lamine Yamal el pasado fin de semana ante la Real Sociedad y el espectacular estado de forma de Pedri son las principales bazas del equipo de Flick. Ganar hoy sería una nueva demostración de que el fútbol mostrado en la Champions durante la pasada temporada no fue fruto de la casualidad. En realidad, la final de la Copa de Europa más justa hubiera sido un enfrentamiento entre el Barça y el PSG.
En fin, disfruten del partido, rindan homenaje a Luis Enrique como merece y, luego, presionen con todas sus fuerzas a los franceses.