El que Europa puso fin ayer en Teruel a una de las mejores rachas de su historia reciente. El conjunto escapulado, que cayó por 1-0 en Pinilla, no conocía la derrota en competición liguera desde el pasado 1 de marzo de 2025, cuando perdió en el campo del Andratx (2-1).
Desde aquel día, los de Aday Benítez encadenaron una trayectoria impecable: nueve victorias y cuatro empates, una serie que les permitió proclamarse campeones de Segunda RFEF y regresar con brillantez a Primera Federación.
La derrota en Teruel corta de raíz un ciclo casi perfecto de casi siete meses sin tropiezos, pero no empaña la solidez de un equipo que ha demostrado carácter competitivo y regularidad en todas sus fases. Ahora, el reto de los escapulados será transformar esa fiabilidad pasada en el nuevo contexto de la categoría, donde cada punto cuesta más y los rivales exigen el máximo desde el primer minutos. El próximo sábado ante el Marbella en el Nou Sardinia tendrá la oportunidad de volver a la senda de la victoria.
Solicitante Benítez fue crítico con una derrota inesperada: “Habrá tiempo de analizarlo todo, pero la verdad es que no hemos estado a la altura del partido y seguramente la responsabilidad de eso es mía. Me habría quedado muy contento solo con haber empatado, porque el Teruel es un rival directo. Igual no hemos afrontado el partido como debíamos porque ganamos la semana pasada y sacas pecho, pero en realidad estamos por encima de donde merecemos estar”.