Una nueva obra del enigmático artista urbano Banksy desató un debate en Londres, confrontando la libertad de expresión con la protección del patrimonio histórico.
El mural, que apareció en la pared exterior de la Corte Real de Justicia, será retirado para preservar la “importancia histórica” del edificio, según comunicaron sus autoridades.
La obra, cuyo autor, el escurridizo artista callejero Banksy, la autenticó publicando una foto en su cuenta de Instagram, muestra a un juez golpeando a un manifestante desarmado con un martillo.
El mural, descubierto el lunes, presenta a un manifestante tendido en el suelo con una pancarta salpicada de sangre, mientras un juez ataviado con peluca tradicional y toga negra lo azota con un mazo. El pie de foto de Banksy en Instagram simplemente decía: “Royal Courts Of Justice. London”.
Agentes de seguridad cubrieron la obra con láminas de plástico negro y dos barreras metálicas el mismo lunes, y fue custodiada por dos oficiales y una cámara de seguridad.
Según aseguraron, la decisión de remover el mural se debe a que el edificio de estilo neogótico victoriano, con 143 años de antigüedad, es un “edificio catalogado”, lo que significa que está protegido por ley como uno de los sitios históricos más significativos del país.
HM Courts and Tribunals, la agencia del Ministerio de Justicia responsable de la administración de los tribunales, indicó en un comunicado que están “obligados a mantener su carácter original”.
Aunque la obra de Banksy no hace referencia a una causa específica, activistas la interpretaron como una alusión a la prohibición del grupo Palestine Action por parte del gobierno del Reino Unido.
El grupo Defend Our Juries, que organizó una protesta en Londres donde casi 900 personas fueron arrestadas, afirmó que el mural “retrata poderosamente la brutalidad desatada” por la prohibición gubernamental.