La inteligencia artificial comienza a ocupar un rol cada vez más visible en la educación y en el ámbito laboral. Tal es así que en la Facultad de Informática de la UNLP, un equipo de investigadores y estudiantes, bajo la dirección de la doctora Laura Lanzarini, desarrolla el proyecto TinyML. Este campo de estudio combina machine learning con sistemas embebidos para ejecutar modelos en dispositivos de bajo consumo, como relojes inteligentes o electrodomésticos. Uno de los desarrollos más destacados del grupo es un sistema de ajedrez en el que una cámara identifica la posición de las piezas y un brazo robótico ejecuta los movimientos de la computadora. El adversario humano puede ajustar el nivel de dificultad, lo que convierte a la experiencia en una herramienta de práctica y aprendizaje.
“Es un campo de estudio en Machine Learning y Embedded Systems que nos permite llevar la inteligencia a espacios impensados”, describió César Estrebou, investigador y docente en Ciencias de Datos y Aprendizaje Automático del Instituto LIDI-III de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Entre sus desarrollos, se destaca un algoritmo que permite a un brazo robótico jugar al ajedrez contra un humano: una cámara reconoce la posición de las piezas en el tablero y, cuando la máquina toma una decisión, el brazo mueve la pieza seleccionada. El usuario, además, puede elegir el nivel de dificultad.
“La inteligencia artificial vino para quedarse. Con una computadora adelante, sin sentimiento, uno puede preguntarle la barbaridad más tonta el día antes del examen; en cambio, si el alumno le pregunta al profesor, siente vergüenza”, explicó Estrebou.
Ese tipo de proyectos exigen un conocimiento profundo de matemáticas, pero al mismo tiempo acercan a los estudiantes a una experiencia práctica que los conecta con un mercado laboral donde la ventaja competitiva se juega en torno al dominio de estas tecnologías.
“Habrá un desequilibrio laboral entre quienes manejan la inteligencia artificial y quienes no”, advirtió Estrebou.