Moldavos comenzó a dirigirse a las encuestas el domingo en un elección parlamentariaque se espera que no solo decida el equilibrio de poder en el Parlamento, sino que también diga la oferta de Chisinau por la membresía de la UE.
La votación comenzó en 2,274 centros electorales, de las cuales 1.973 están en Moldavia, a las 7 am hora local (0400 gmt) y terminarán a las 9 pm hora local (1800GMT).
“Se imprimieron más de 3,6 millones de votos para estas elecciones, de las cuales 865 mil fueron distribuidas a colegios electorales fuera del país”, dijo un comunicado de la Comisión Central Electoral de Moldavia (CEC).
Según la CEC, más de 3.400 observadores monitorearán las elecciones, incluidos 912 observadores internacionales.
En una sesión informativa al mediodía, la CEC anunció que más de 589,000 moldavos votaron en las elecciones y que todas las centros electorales establecidos en Europa y Asia han abierto. También señaló que 60,000 votantes han emitido su voto en el extranjero.
“Según la información operativa, desde el comienzo del día, se han registrado 31 casos de violaciones o incidentes dirigidos al proceso electoral”, agregó.
Durante la votación, el gobernante Partido de Acción y Solidaridad del presidente Maia Sandu (PAS), que ha tenido una mayoría en el Parlamento desde 2021, se enfrenta a múltiples alianzas políticas compuestas por partidos de oposición principalmente pro-rusos, que han tratado de enmarcar a sí mismos como alternativas viables a PAS.
Entre la competencia del partido gobernante incluye el bloque patriótico, dirigido por el ex presidente Igor Dodon, y el bloque alternativo, que cuenta con el alcalde de Chisinau Ion Ceban y el ex candidato presidencial Alexandr Stoianoglo entre sus líderes.
En un discurso al Parlamento Europeo a principios de este mes, Sandu definió las elecciones como la “más consecuente” desde la independencia del país de la Unión Soviética en 1991. Se espera que el voto determine el destino del camino geopolítico de Moldavia.
Sandu y el PAS han llevado a Moldavia más cerca de Bruselas, asegurando el estatus de candidato de la UE, junto con Ucrania, en 2022, y las conversaciones de adhesión de apertura en junio de 2024. Un referéndum celebrado en octubre ese mismo año enredó a la membresía de la UE en la constitución del país.
La votación ha sido marcada por acusaciones de interferencia rusa, particularmente por Sandu, quien advirtió en julio que Rusia está “invirtiendo en múltiples vehículos políticos” para ganar influencia en el parlamento.
Rusia ha negado las afirmaciones y acusó a las autoridades moldavas de “dividir ciudadanos” al limitar las centrales electorales en Rusia mientras las expanden en toda Europa.
Rusia también ha acusado a la UE y la OTAN de conspirarse para “ocupar Moldavia” e intimidar Transnistria, una región separatista de Moldavia controlada por separatistas pro-rusos desde principios de la década de 1990.