Frente a la desconfianza y el escepticismo que reina entre los gobernadores por la mesa de diálogo anunciada por el Ejecutivo nacional, la Casa Rosada tiene dos temas a la mano para comenzar a demostrar un cambio de actitud: no vetar la ley de reparto de ATN y una apertura al diálogo por el presupuesto nacional 2026.
Tras conocerse la convocatoria, la recepción por parte de los mandatarios provinciales no fue la mejor. Afloraron los recelos y salieron a la luz los pases de factura que quedaron pendientes por los armados de listas provinciales.
Con un escenario tan refractario, en gobierno aún no está definida la forma en que se habilitará esta nueva etapa que la encabezará el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien será asistido por vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán
Se descuenta que los primeros pasos se intentarán con los “más dialoguistas” aunque por estos días no está tan claro quiénes son los que se encuadran en esta definición.
Francos ya era el interlocutor habitual con los gobierno provinciales, pero, como lo han manifestado varios de ellos en muchas oportunidades, la falta de poder de decisión del jefe de Gabinete empantanó la mayoría de las negociaciones.
En diálogo con La Voz en vivoel ministro de Vinculación de Córdoba, Daniel Pastore, enfatizó que “así como está planteada es una foto para la tribuna”.
El funcionario cordobés confirmó además que el viernes se reunirán los gobernadores de Provincias Unidos en Río Cuarto. Estarán Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz) y Juan Schiaretti.
“No me voy a sentar a hablar con los mismos de siempre”, lanzó en forma explícita el gobernador de, Salta, Gustavo Sánz, quien además se sintió traicionado por el gobierno nacional.
Por su parte, Maximiliano Pullaro, mandatario de Santa Fe, lanzó: “El gobierno sigue sin escuchar, está paralizado”.
Con esta atmósfera tan hostil, en apariencia al gobierno solo le queda la opción de “mover primero” y para ello tiene dos armas de seducción que podría jugar en el corto plazo.
La más inmediata es no vetar la ley sancionada por el Congreso Nacional que dispone el reparto de los ATN. En varias oportunidades el gobierno adelantó que esta norma sería rechazada, pero ante el cambio de escenario político se espera un cambio en la decisión de Milei. El plazo para ejercer el veto vence este jueves y el gobierno se encuentra en una encrucijada porque en caso de hacerlo dinamita la convocatoria de movida y además quedaría expuesto a otra derrota legislativa. Si no la veta, será la primera vez que se aviene a promulgar una ley del Congreso que impone una suba del gasto público. Si bien el costo es de un simple 0,03% del PBI sería un fuerte golpe a la esencia del programa económico.
La segunda opción es la postura que tomará desde el próximo lunes cuando presente el proyecto de Ley de Presupuesto Nacional para 2026.
En el adelanto que envió en julio advirtió que será inquebrantable el equilibrio fiscal, incluso Milei amagó con otro proyecto para sancionar a los legisladores que sanciones leyes sin la contrapartida de financiamiento, pero que aún ni tan siquiera fue remitido.
Argentina lleva tres años sin presupuesto, pero no se puede dar ese lujo en 2026 si quiere tener alguna posibilidad de ir a los mercados de deuda a buscar refinanciar vencimientos.
La urgencia obligará a Milei a establecer consensos y a cambiar la actitud ante el Parlamento. En 2024 la predisposición del Ejecutivo para alcanzar un acuerdo fue nula, y así pudo gozar de la discrecionalidad del reparto de fondos en este crucial año electoral. Por lo pronto, el primer que tendrá que modificar su postura será el ministro de Economía, Luis Caputo, quien se negó a participar de cualquier requerimiento de los legisladores.
No obstante, Milei aún tiene un as en la manga. El presupuesto comenzará a debatirse con la actual composición parlamentaria, que cambiará luego de la elección de octubre a partir de diciembre.
Una buena elección le puede dará más fuerza de negociación, pero hasta ese momento deberá sortear 45 días de fuertes presiones que en caso de no resolverse tendrán impacto en la relación con los gobernadores y por ende en la elección.
Mesa política
Milei encabezó este martes la primera reunión de la mesa política. La primera definición fue nuevamente la ratificación del gabinete nacional. Además, fueron confirmados Martín Menem, Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja al frente del armado en la provincia de Buenos Aires. El presidente resistió las presiones por cambios en ese equipo.
Por otra parte, Milei canceló el viaje que tenía programado para este viernes a España, donde había sido invitado para ser orador de un acto del ultraderechista partido Vox.
El ruido político y el impacto de un viaje con ese perfil en camino a las elecciones de octubre fueron las principales razones de la cancelación.