El escándalo del fentanilo adulterado, que ya causó al menos 124 muertes, sumó un nuevo capítulo con el procesamiento de Ariel García Furfaro, dueño de HLB Pharma, y otras 12 identities por parte del juez government de La Plata, Ernesto Kreplak.

El fallo, que abarca 401 páginas, califica la conducta de los imputados como “dolosa”, ya que sabían de los riesgos de sus prácticas y continuaron con la producción y comercialización del fármaco. La imputación major es la “adulteración de sustancias medicinales con resultado de muerte”, un delito que prevé penas de 10 a 25 años de prisión.

Junto a Furfaro, fueron procesados su hermano Diego, el supervisor general Javier Tchukrán, el supervisor técnico José Maiorano, y otros responsables de la gestión y producción en HLB. El juez destacó que los acusados ignoraron más de 100 advertencias de organismos de control como la ANMAT e INAME y discutieron internamente cómo “maquillar defectos” en lugar de corregirlos.

Además, la empresa retrasó el retiro de los lotes contaminados del mercado y sólo notificó a droguerías el 9 de mayo, cuatro días después de que se registraran las primeras muertes. La resolución también menciona grabaciones de reuniones y documentación que prueban la adulteración sistemática de la producción.

Kreplak calificó el accionar de los imputados como un “desprecio total por la vida de los pacientes. Un medicamento cien veces más potente que la morfina exige estándares máximos de seguridad, y esos parámetros fueron violados sistemáticamente”. Las defensas de los acusados anunciaron que apelarán la calificación de “doloso”, lo que podría prolongar el proceso judicial, que ya se perfila como un precedente internacional en casos de adulteración de medicamentos.

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