Son muchos los partidos de LaLiga que se han disputado bajo la lluvia a lo largo de la historia. Especialmente en estadios del norte de España, situados en zonas más dadas al frío, cielos nublados o tormentas. Otra cosa es que la tormenta en cuestión conlleve granizo. Y precisamente esto es un factor clave a la hora de suspender un encuentro o, simplemente, retrasar su inicio. También si el exceso de precipitaciones puede hacer impracticable el césped, más allá del riesgo para el desplazamiento de los asistentes al encuentro en cuestión.

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