El revolucionario pasó décadas en el exilio después de escapar de una cárcel estadounidense en 1979, donde fue retenida por matar a un oficial de policía.

Assata Shakur, una activista de liberación estadounidense negra que recibió asilo político en Cuba, murió a la edad de 78 años después de décadas en el exilio, dijeron su familia y funcionarios cubanos.

Shakur, quien nació Joanne Deborah Chesimard, murió el jueves “debido a las condiciones de salud y la edad avanzada”, dijo el viernes el Ministerio de Asuntos Exteriores cubanos en un comunicado.

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Su hija, Kakuya Shakur, también confirmó su muerte en una publicación de Facebook. “Las palabras no pueden describir la profundidad de la pérdida que estoy sintiendo en este momento”, escribió.

El ex miembro del Ejército de Liberación Negra (BLA), que era un símbolo de resistencia para muchos activistas, escapó de una prisión de los Estados Unidos en 1979, donde había cumplido cadena perpetua por matar a un oficial de policía.

Shakur fue declarado culpable en 1977 de asesinato en primer grado, cuatro años después de un tiroteo entre los miembros de BLA y dos policías estatales que los habían detenido por una violación de tráfico en Nueva Jersey. Shakur siempre protestaba su inocencia, diciendo que tenía las manos en el aire durante el altercado.

Werner Foerster, uno de los oficiales de policía, fue asesinado al “estilo de ejecución” en el rango en blanco, mientras que su colega resultó herido, según el FBI, que luego colocó a Shakur en su lista de “terrorista más buscado” y ofreció una recompensa de $ 2M por su captura.

En el momento del asesinato, Shakur estaba siendo buscado por varios crímenes, incluido el robo de bancos, agregó.

Uno de los compañeros compañeros de Shakur murió en el tiroteo, mientras que el tercero, Sundiata Acoli, cumplió casi 50 años de prisión antes de recibir libertad condicional en 2022.

‘Deber de luchar por la libertad’

A principios de noviembre de 1979, los colegas de Shakur de The BLA, una organización marxista-leninista que se separó del Partido Pantera Negra, se hizo pasar por los visitantes y la rompió fuera del centro correccional de Clinton para mujeres.

Después de desaparecer, emergió en 1984 en Cuba, donde el entonces líder Fidel Castro le otorgó asilo.

El trabajo de Shakur más tarde se convirtió en un grito de reunión durante el movimiento Black Lives Matter. Sin embargo, algunos fue criticado por algunos por ser influenciado por la ideología marxista y comunista.

“Es nuestro deber luchar por nuestra libertad. Es nuestro deber ganar”, escribió Shakur en su autobiografía en 1988. “Debemos amarnos y apoyarnos mutuamente. No tenemos nada que perder sino nuestras cadenas”.

Después de que se anunció su muerte, Black Lives Matter Grassroots Inc, un grupo de activistas de la justicia racial estadounidense, le rindió homenaje en una declaración en Instagram. “Que nuestro trabajo sea justo y valiente mientras luchamos en su honor y memoria”, dijo.

El caso de Shakur, que estaba cerca de la familia del difunto rapero Tupac Shakur, causó dificultades en la relación ya tensa entre Estados Unidos y Cuba.

Durante el primer mandato del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, exigió que Shakur fuera devuelto de Cuba para enfrentar justicia.

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