Qué partido para inaugurar la séptima jornada de LaLiga EA Sports. Un Giron-A-Opanyol. Un derbi con poca historia… pero mucho morbo. Que se lo digan a los 11.488 aficionados que llenaron las gradas de Montilivi y se dejaron la voz animando a los suyos. Mucho en juego, sobre todo en el caso de los de Míchelcolistas. Y un sinfín de ocasiones que no se materializaron y dejaron el marcador intacto. Empate, sobre todo, insuficiente para un Girona mejorado, pero necesitado de un triunfo para salir del pozo (0-0).
Tranquilidad absoluta durante los prolegómenos del choque. La llegada de ambos autobuses se produjo con apenas cientos de aficionados en los aledaños de Montilivi. Un respeto, eso sí, que no se trasladó al césped. Un derbi es un derbi. La intensidad no se negocia. No hay excusas.
Se juntaron el hambre y las ganas de comer. Los de Míchelcolistas con dos puntos en su casillero, mostraron brotes verdes en San Mamés y necesitaban como fuese sumar el primer triunfo del curso. Y los de Manolo Gonzálezque se plantaron en el Bernabéu con opciones de asaltar el liderato y viven en la parte noble de la tabla, tenían ganas de ‘vendetta’.
GIRONA, 26/09/2025.- Los jugadores del Girona, Michel (d) y del Espanyol, Manolo González, durante el encuentro correspondiente a la jornada siete de Laliga EA Sports que disputan hoy viernes Girona y Espanyol en el estadio municipal de Montilivi, en Girona. EFE/David Borrat / David Borrat / Efe
Efecto derbi
El inicio fue frenético. No esperábamos menos. La primera ocasión, de hecho, se la apuntaron los pericos con un cabezazo desviado de Roberto. Un ‘9’ que se batió en duelo con un Vitor Reis que, con el paso de los minutos, fue ganando confianza con y sin balón. El brasileño actuó en el centro de la línea de tres centrales que propuso Míchelacompañado de Francés y Blind.
A partir de ahí, fue un no parar. Fieles al guion previsto, iba a ser el Girona el encargado en llevar la iniciativa y el Espanyol quien iba a sacar petróleo de cualquier error rival, de las transiciones o de los centros a Roberto y Pere Milla. Quienes se robaron el protagonismo, eso sí, fueron ambos guardametas.

GIRONA, 26/09/2025.- El centrocampista belga del Girona Axel Witsel se lamenta durante el encuentro correspondiente a la jornada siete de Laliga EA Sports que disputan hoy viernes Girona y Espanyol en el estadio municipal de Montilivi, en Girona. EFE/David Borrat / David Borrat / Efe
Dmitrovic mandó a córner un latigazo de Iván Martín. La respuesta perica fue inmediata y Gazzaniga tuvo que estirarse para negarle el gol a Roberto. Y Gazzaniga que minutos más tarde se empleó a fondo para detener un remate de primeras de Dolan a un centro de Puado. Y que continúa haciendo méritos para conservar la titularidad.
Caliente, caliente
Superado el ecuador de la primera mitad se produjo un intercambio de cánticos poco amigables – dejémoslo ahí – entre la grada visitante y el gol. Y se calentó – más si cabe – el choque. Se protestaba cada acción como si de un penalti se tratase y se disputaba cada balón como si fuese el último.
Un libre directo de Peras milla puso el broche a una primera mitad intensa, pero sin goles. Paso por vestuarios y más de lo mismo en un segundo tiempo que arrancó con un Espanyol más protagonista con balón. Pero incapaz de hacer descosidos a una zaga ‘girona’ compacta. Y es que los de Míchelcomo en San Mamésse defendieron con uñas y dientes ante el progresivo asedio blanquiazul.
Arreón final
La ocasión local más clara, con total seguridad, la protagonizaron entre Portu y Vanat. Robo en la medular que permitió al murciano recorrerse todo el campo rival para medirse en un mano a mano con Dmitrovic. Perseguido por los centrales, le acompañó un Lívido que, incomprensiblemente, disparó al muñeco. Carlos Romero, eso sí, y por partida doble, estuvo cerca de ver puerta.
Ambos técnicos movieron sus respectivos banquillos y futbolistas de calibre ofensivo como Bryan, Asprilla o Edu Expósito saltaron al césped para tratar de cambiar el partido. También entró un Stuani aclamado como el que más. Pero incapaz de materializar en gol el arreón final de los suyos. Un empate que sabe a poco para un Girona al que le urge sumar de tres en tres.