El Valencia CF se dejó dos puntos en el tiempo de descuento y perdió una oportunidad de oro para conseguir la primera victoria de la temporada lejos de Mestalla. Ganar como visitante tendrá que esperar. Los goles de Danjuma y Hugo Duro solo se traducen e n un punto. El final del partido fue muy cruel con gol de cabeza de Puado en el minuto 96, pero la realidad es que los de Corberán no hicieron méritos suficientes para llevarse el triunfo. Si el equipo llegó con opciones a la recta final del encuentro fue gracias a las acciones salvadoras de Julen Agirrezabala y la pareja de centrales Mouctar Diakhaby y César Tárrega. Al final no hubo milagro. El balón parado de Expósito permitió a los pericos empatar en tiempo de prolongación después de una falta dudosa. Ahora solo hay una forma de hacer bueno el punto de Cornellà: ganar el lunes al Real Oviedo.
No hubo rotaciones. No era el momento. Así lo entendió Corberán. El técnico solo introdujo dos cambios respecto al último once titular. Pepelu y Hugo Duro por Javi Guerra y Raba. Lejos de lo que podía parecer por el estado de forma del Espanyol en su casa, el equipo salió bien plantado al RCDE Stadium. Sin sus habituales tembleques visitantes y con la misma mentalidad y caudal de fútbol con el que acabó la segunda parte contra el Athletic. El doble pivote Santamaría-Pepelu funcionó de inicio. Los dos mediocentros ‘defensivos’ se complementaron a la perfección abarcando mucho campo, adueñándose de la medular y consiguiendo lo que parecía imposible: hacer olvidar la ausencia de Javi Guerra. El Valencia tenía el control del partido con y sin balón. Fruto de ese dominio llegaron las ocasiones. El primer centro envenenado de Rioja desde la derecha al que casi llega Hugo Duro fue un aviso. Minutos después, llegó el gol en una acción similar. Desplazamiento en largo medido de Pepelu, asistencia otra vez de Rioja a pierna cambiada y remate al segundo palo de Danjuma esta vez a la red. 0-1.
Cambio de 180 grados
Al Valencia se le puso el partido de cara. Sin embargo, lejos de aprovecharlo, el equipo dio un paso atrás incompresible al filo del minuto 25. Todo lo que se estaba haciendo bien empezó a hacerse mal. La primera parte dio un giro de 180 grados de repente. El equipo perdió orden, precisión y capacidad de ganar duelos. Siempre llegaba tarde. Ni ganaba duelos ni era capaz de dar tres pases seguidos. Era una pérdida detrás de otra ante la primera línea de presión perica. El arranque de partido plácido se convirtió en un suplicio hasta el descanso. Si el equipo se marchó al vestuario con la portería a cero fue gracias a las intervenciones de Agirrezabala y sobre todo a los centrales. César Tárrega y Diakhaby tomaron el relevo de Pepelu y Santamaría y se hicieron grandes en defensa con acciones imposibles como la ‘salvada’ in extremis de Mouctar a Expósito o el doble milagro de Tárrega desde la línea de gol a disparos de Puado y Pickel. Para milagros el 0-1 al descanso.
Encajar el primer gol era cuestión de tiempo. Cabrera tuvo todas las facilidades del mundo para rematar de cabeza en dos saques de esquina botados por Expósito en la primera parte. A la tercera no falló. El uruguayo remató al primer palo un nuevo envío de Expósito. El Espanyol empataba con todo merecimiento. Corberán no dejó que no equipo se cayera y reaccionó pronto desde el banquillo con la entrada de Ugrinic y Beltrán. El técnico lanzaba un mensaje valiente de ambición a sus jugadores. Funcionó. Solo un minuto después, el centrocampista suizo botó un córner para que Hugo Duro subiera de cabeza el segundo al marcador. Otra vez el ‘9’. Y ya van tres goles esta temporada.
Corberán dobló el lateral con Thierry y fortaleció el centro del campo con Javi Guerra (trivote) e un intento de tratar de gestionar mejor el final del partido en un ejercicio de auténtica resistencia. No salió del todo bien. Foulquier rompió el fuera de juego y Kike García falló en el mano a mano con Julen. Su disparo se marchó cruzado. Era clarísima. El Espanyol pidió penalti de César a Expósito por un agarrón. No fue suficiente para ser castigado. El equipo perico tuvo la oportunidad de empatar en el descuento, pero de nuevo apareció la figura de Agirrezabala para hacer la parada de la noche a Puado. Por desgracia el partido no había acabado. De nuevo el balón parado condenaba al equipo en la última jugada del partido. Puado, como casi siempre que se enfrenta al Valencia, ponía el 2-2 de cabeza sobre la bocina después de otro centro preciso de Expósito. La maldición visitante continúa. Para ganar fuera de casa hay que hacer (todavía) más.
Vía: Super Deport