Finalmente, y a pedido de la Fiscalía de Violencia Familiar y de Género Turno 6 de la ciudad de Córdoba, la Justicia elevó a juicio la causa contra contra J.M.C., un joven de 19 años, por generar y difundir contenido pornográfico falso utilizando inteligencia artificial (IA).
La fiscalía, a cargo de Pablo Cuenca Tagle, había calificado los hechos como violencia psicológica, sexual y digital con perspectiva de género, y encuadró la conducta bajo la figura penal de “lesiones graves calificadas por mediar violencia de género reiteradas”.
La clave para esta imputación penal fue la de considerar como lesiones graves el malestar emocional y mental que provocó en las víctimas, tal como lo solicitó el abogado de tres de un total de 16 víctimas, José D’Antona.
En diálogo con La Voz En Vivoel letrado que representa a las víctimas de este hecho confirmó la elevación a juicio de la causa y señaló que la pena podrían estar entre “los 3 y los 20 años de prisión para la persona que está acusada”.
De esas 16 víctimas, el caso se elevó a juicio por dos de ellas. En la escuela Manuel Belgrano, el ámbito en común entre las víctimas y el victimario, el joven fue expulsado de inmediato cuando se conoció el caso y luego se lo reincorporó para que pudiera rendir libre las materias.
Pero, además de esta imputación, J.M.C., que tenía 18 años al momento de los hechos (en 2024), fue imputado por la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo de Ingrid Vago, por tenencia de material de abuso sexual infantil. Esto fue ya que, en el allanamiento por la causa de las imágenes trucadas, se encontró en su computadora un video sexual que involucraba a menores.
La elevación a juicio de este caso es inédita en Argentina y podría tratarse de un caso principalel caso de prueba.
Qué hizo J.M.C. y por qué es un caso sin antecedentes
La investigación comenzó por la denuncia de estudiantes y egresadas del colegio Manuel Belgrano, de Córdoba.
Las jóvenes relataron que sus imágenes, obtenidas de redes como Instagram o WhatsApp, habían sido manipuladas con técnicas de intercambio de cara e insertadas en escenas sexuales.
Luego, fueron publicadas en el sitio Poringa con frases denigrantes hacia su persona.
El autor, que operaba bajo el usuario “CuloFacil47”, fue identificado como J.M.C. Usó un correo Gmail con su nombre real y subía contenido desde la IP del domicilio de su padre.
En chats, reconoció que lo hacía “por pendejo morboso” y que luego “borraba” los posteos, aunque las imágenes quedaban indexadas en buscadores.