El optimismo es la moneda corriente en el Centro Cívico, tras los últimos traspiés del Gobierno nacional y la “muy buena” recepción que –según los oficialistas– tuvo la candidatura de Juan Schiaretti como cabeza de la lista Provincias Unidas.

A los escándalos por las supuestas coimas en la Dirección Nacional de Discapacidad (que impactan en Karina Milei) y a la inestabilidad de los mercados financieros, se sumó la polémica por el furibundo ataque del militante libertario Daniel Parisini, “Gordo Dan” en X, contra Luis Juez, luego de que el senador cordobés votara en contra del veto presidencial a la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Sin embargo, más allá de las sonrisas en los pasillos y la sensación de que “los astros se alinean”, un funcionario muy cercano al gobernador Martín Llaryora encendió una luz de alerta. “Ojo con el tema de victimizar a Milei”, dijo antes de conocerse la dura derrota en las elecciones de Buenos Aires, y agregó: “Porque en octubre la gente puede terminar respaldando al Gobierno nacional, para que no vuelva el kirchnerismo”.

Hablando de “victimización”, los memoriosos del peronismo cordobés desempolvan una comparación histórica que hace ruido en más de un despacho. En las legislativas de 1985, el radicalismo arrasó gracias a una campaña que apeló directamente a la emoción: la icónica imagen del saludo de campaña de Raúl Alfonsín, con las manos juntas, y una cinta roja en las muñecas, bajo el lema: “No le ate las manos a Alfonsín”.

La estrategia funcionó. A pesar del escenario económico adverso, que entonces comenzaba a mostrar los brotes del Plan Primavera, el radicalismo ganó con amplitud.

Y ahora, en Córdoba, algunos oficialistas, aunque entusiasmados por la candidatura de Schiaretti, no pueden evitar preguntarse si Javier Milei podría capitalizar ese mismo efecto emocional.

¿Por qué se distanció la vicepresidenta Villarruel de su amigo cordobés?

Hasta hace poco, en cada visita a Córdoba, la vicepresidenta Victoria Villarruel tenía parada obligada en la vivienda personal del abogado Emilio Viramonte Olmos. El cordobés, cercano desde los inicios del armado libertario, había sido designado como jefe de Asesores de la Presidencia del Senado.

En febrero, luego de una nueva aparición de Villarruel en el Festival Nacional de Folclore de Jesús María, trascendió que Viramonte sería ascendido a secretario Administrativo del Senado, en reemplazo de María Laura Izzo.

Victoria Villarruel en el Senado, en la sesión para tratar los fondos para el Garrahan y el financiamiento universitario, entre otros temas. (Gentileza Clarín)

El nombramiento finalmente se concretó en mayo. No era un cargo menor: con él, Viramonte pasaba a manejar ni más ni menos que la caja del Senado.

Pero la historia dio un vuelco inesperado. Apenas un mes después de asumir, Viramonte presentó su renuncia por escrito, alegando “razones de decoro y de ética republicana”.

Con el tiempo, y ya con la relación personal y política quebrada, se supo la verdadera razón: pese al cargo, no manejaba los recursos del Senado. Las decisiones clave sobre los fondos del Senado seguían en manos de un núcleo duro de confianza absoluta de la vicepresidenta.

Viramonte nunca habló públicamente del quiebre. Pero en voz baja, entre sus más cercanos, no duda en repetir la frase que resume su salida: “No quería cobrar un sueldo para no hacer nada”.

El objetivo “matemático” de Mestre para lograr su banca

El radicalismo de Córdoba intenta colarse en una elección que se presume polarizada para que Ramón Mestre consiga su banca de diputado nacional. Al menos, ese es el plan de los radicales mestristas y orgánicos que están de campaña por estos días, con la primera meta de poner en marcha la estructura del partido.

“El primer objetivo es movilizar a los comités de cada una de las seccionales; es nuestro principal activo hoy para lograr que Ramón llegue al Congreso”, dice un radical que está abocado a esa tarea.

Ramón Mestre en la 17ª edición del Coloquio Industrial de la Unión Industrial de Córdoba (UIC). (José Hernández / La Voz)

En ese marco, y para poner un objetivo viable y posible para la dirigencia radical, se impuso una meta que suena simple, pero que no será de fácil realización: que en cada una de las 10 mil urnas que se desplegarán el 26 de octubre en Córdoba haya 20 votos para la UCR. “20 votos por urna es un número que la estructura radical puede garantizar.

Y con ese caudal Ramón es diputado y el radicalismo de Córdoba mantiene su voz en el Congreso, una responsabilidad que otros no quisieron asumir”, dijo uno de los colaboradores de Mestre, en clara referencia a la conducción deloredista del Comité Provincia.

La campaña, impactada por casos de presunta corrupción

El escándalo que sacude al Gobierno de Javier Milei por la denuncia de pagos de coimas para la compra de medicamentos en la Agencia Nacional de Discapacidad instaló la corrupción como tema de campaña.

Por ahora, el principal dañado parece ser el esquema libertario. Sin embargo, en Córdoba hay preocupación porque “escalen” otras causas judiciales que podrían rozar a las distintas fuerzas políticas.

Gustavo Folli, subjefe de la Policía de Córdoba en la Central de Policía, en conferencia de prensa sobre las armas robadas. (Pedro Castillo / La Voz)

La causa “Bomberos SA”, en la que está imputado el exfuncionario municipal Gustavo Folli y varios empresarios cercanos al peronismo provincial; la investigación sobre Javier Katz y Federico Máscolo, cercano a Ramón Mestre, y las sospecha de que el Pami, controlado por Marcos Patiño –tercero en la lista liberaria–, derivó cápitas al Sanatorio Parque, propiedad de familiares de Gabriel Bornoroni, aparecen como un riesgo para cualquier estratega de campaña.

“Impensadamente, las sospechas de corrupción pueden ser un tema que se meta en la campaña, como suele ocurrir cuando hay crisis económicas”, reconoció un consultor político.

A nivel nacional, también tomarán vuelo en los próximos días la causa de “los cuadernos de la corrupción”, con sospechas de coimas al Gobierno de Cristina Fernández, y $Libra, que es investigada por una comisión del Congreso.

García Elorrio se lanzó con elogios a sus socios nacionales

Encuentro por la República, el frente electoral que lidera y lleva como principal candidato a Aurelio García Elorrio, realizó el sábado por la noche el lanzamiento oficial de su campaña electoral rumbo al 26 de octubre. La reunión se realizó en la sede partidaria de Encuentro Vecinal Córdoba, partido que se alió por primera vez con la Coalición Cívica de Elisa Carrió y con Republicanos Unidos, el partido de Ricardo López Murphy.

Aurelio García Elorrio en Voz y Voto.  (Nicolás Bravo / La Voz)

Precisamente, los nuevos socios fueron valorados en el discurso que realizó García Elorrio ante la militancia, en una actividad que tuvo tintes de peña folclórica: hubo empanadas, comidas típicas, bebidas para acompañar la juntada, chacareras y zambas.

Sobre Carrió, el candidato conservador planteó: “Va a tener un lugar especialísimo en la historia de la Argentina. Cuando se escriban los libros de historia, alguien con buena letra va a recordar que cuando el presidente Mauricio Macri quiso negociar la impunidad al comienzo de su gobierno, fue la doctora Carrió la que nos dijo a todos los argentinos: ‘Si Angelici va una vez más a Comodoro Py, acá se pudre todo’. Macri lo entendió y se les pudrió todo”.

A Ricardo López Murphy lo valoró por haber intentado realizar un ajuste del gasto público durante el gobierno de Fernando de la Rúa.

“Si hace 23 años se lo hubiera escuchado al doctor López Murphy, hoy no estaríamos en este problema. Me acuerdo como si fuera hoy cuando se paró, mientras gobernaba De la Rúa, y dijo esto ‘no va más’; lo planteó y duró 13 días. Tenía toda la razón del mundo. Si hubiéramos hecho en 2003 lo que había que hacer, quizá no hubiéramos tenido al señor de la motosierra, con todo lo que eso implica”, planteó.

Encuentro por la República intentará hace valer los históricos 70 mil votos que obtiene en cada elección, y sobre esa base intentar conquistar la “novena” banca cordobesa para llegar al Congreso.

Tautan Sumber