Fue una noche un tanto agridulce para Lamine Yamal. No es lo mismo, como ocurría no hace tanto, acudir al Theater du Chatelet sabiendo que no vas a ganar que estando en muchas de las quinielas para llevarte el Balón de Oro Así que el de Rocafonda las cosquillas en el estómago antes de saber al premiado no pudo ahorrárselas. Y, por supuesto, la decepción tras conocer que había sido Dembélé quien se hacía con el galardón period inevitable.

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