Grecia renovó el miércoles sus llamados a Libia para desechar su acuerdo de jurisdicción marítima con Türkiye.
El Ministerio de Relaciones Exteriores griegos señaló que el acuerdo estaba en la cima de la agenda durante una reunión con el Ministro de Relaciones Exteriores de GNA del gobierno de GNA con sede en Trípoli, Taher Salem Al Baour, y el ministro de Relaciones Exteriores griegos George Gerapetritis.
La gerapetritis subrayó “la necesidad de respetar el derecho internacional, incluido el derecho internacional del mar, y reiteró la posición griega y europea con respecto al memorándum inválido e inexistente turco-libyan”, según el Ministerio.
El ministerio también anunció que los ministerios de extranjeros griegos y libios acordaron comenzar el proceso para la delimitación de las fronteras marítimas.
La agencia de noticias LANA de Libia dijo que los ministros “intercambiaron puntos de vista sobre el tema de la demarcación de las fronteras marítimas y las zonas económicas exclusivas relacionadas con las áreas marítimas adyacentes entre sí en el Mediterráneo oriental”.
En el otoño de 2019, Türkiye y Libia firmaron un acuerdo estableciendo jurisdicciones marinas, rechazando actividades unilaterales e ilegales por parte de países regionales y empresas internacionales, y protegiendo los derechos de ambos países.
El acuerdo fue registrado por la ONU en octubre de 2020.
Insistiendo en sus afirmaciones maximalistas, Atenas ha anunciado repetidamente que el acuerdo es “inválido … inexistente”, y sistemáticamente ha impulsado a Libia a deshacerlo.
Türkiye es un actor clave en la región y busca expandir su influencia en Libia. El jefe de inteligencia turco, Ibrahim Kalın, ha visitado recientemente el país, mientras que Ankara también contactó a Haftar para una mayor cooperación, marcando un cambio en su política de Libia.
Türkiye busca la aprobación del Parlamento con sede en Tobruk, alineado con Haftar, para un acuerdo de delimitación marítima de 2019 con el gobierno no reconocido en Trípoli.
Según los informes, Grecia y Egipto han presionado a Haftar contra el acuerdo, citando reclamos competidores en el Mediterráneo oriental y potencial infracción en sus zonas marítimas. Ankara ve el acuerdo como una victoria estratégica para afirmar los derechos de Türkiye en la región.