Carlos Sainz vivió un día inolvidable en Bakú, donde conquistó su histórico primer podio con Williams. Uno de los primeros en felicitarle fue su ex compañero Charles Leclerc. “¿Carlos está en el podio?” le preguntó el monegasco a su ingeniero nada más cruzar la meta. “Si”, le respondió éste. “Wow, lo merece, que grande”, replicó el de Ferrari, que nada más bajarse del coche corrió a abrazar al piloto madrileño.
La historia no acaba aquí. Sainz y Leclerc volvieron juntos a casa, en Mónaco, compartiendo un jet privado como suelen hacer en varias ocasiones. Partieron desde Azerbaiyán con destino a Niza, para desplazarse desde allí por carretera al Principado, a pocos kilómetros, pero tuvieron que cambiar de planes ya que una fuerte tormenta obligó a desviar el vuelo al centro de Italia.
En plena noche, Leclerc sorprendió a sus fans en instagram colganfo un vídeo insólito. “Tuve un finde difícil en Bakú. Pensé que no podía empeorar pero..” comenzaba diciendo Charles, que a continuación enfocaba a su chofer de lujo: Carlos Sainz.
“¿Donde estamos Carlos?”, preguntó el monegasco, a lo que el español respondió con una amplia sonrisa: “En medio de Italia, camino de Mónaco”. Leclerc alternaba imágenes de Sainz al volante con otras de los túneles por los que circulaban en una furgoneta. “Son dos horas , lo haremos en una y media, noooo”, bromeaban.
Antes de esa anecdótica situación, más en serio, Leclerc dejó un mensaje que demuestra su excelente sintonía con el piloto que durante cuatro años compartió alegrías y penas en Ferrari: “Me alegro mucho por Carlos. Obviamente, viajamos juntos a prácticamente todas las carreras, así que hemos tenido tiempo para hablar. Ha tenido muy mala suerte desde principios de año, y no creo que haya sido por falta de velocidad ni nada por el estilo. Creo que fue más bien cuestión de suerte, que por suerte hoy lo superó, y estoy muy contento de verlo en el podio”.