Lás salchichas que encontramos en los supermercados son un clásico fácil y rápido, pero suelen contener altos niveles de conservantes, sodio y aditivos que aumentan el riesgo de enfermedades como la hipertensión y padecimientos cardiovasculares. De hecho, el consumo excesivo de sodio puede elevar la presión arterial. Por ejemplo, una sola salchicha comercial de 100 gramos puede aportar hasta el 67,5% de la cantidad diaria recomendada de sodio para un adulto.

Frente a esto, preparar salchichas en casa nos da el control total sobre los ingredientes, permitiendo usar carne de calidad y especias naturales para obtener un embutido más nutritivo. La buena noticia es que hacerlas en casa no solo resulta más económico, sino que es un proceso sencillo que no requiere de nada raro.

La clave para lograr salchichas caseras iguales a las del súper

La gran diferencia entre las salchichas caseras y las comerciales está en el condimento, pero también en la apariencia. Si buscás un producto que imite el aspecto y ligereza de las salchichas de pollo de góndola, podés usar una receta que incorpore verduras para el color.

Las salchichas de pollo, zanahoria y remolacha son una alternativa deliciosa que utiliza ingredientes básicos. Para conseguir ese color entre rosado y anaranjado que tienen las salchichas del supermercado, se recomienda cocer previamente un poco de zanahoria y remolacha cortados en trozos pequeños hasta que estén tiernos.

En cuanto al sabor, podés experimentar con distintas combinaciones de hierbas y especias. Las especias molidas son la mejor opción para un sabor uniforme. El proceso de elaboración, desde la preparación de la carne hasta la cocción, es clave:

  1. Preparación de la mezcla: Cortá la carne de pollo (o la carne que elijas) en cubos y triturála en un procesador de alimentos o licuadora de mano junto con las verduras cocidas hasta obtener una mezcla homogénea. Agregá los condimentos, sal y pimienta al gusto, y mezclá nuevamente para integrar los sabores. Opcionalmente, podés incorporar un huevo y una cucharada de harina para mejorar la consistencia.
  2. Reposo: Cubrí la mezcla con papel film y dejala reposar en la heladera por al menos una o dos horas; esto facilita el manejo y el formado.
  3. Formado: Para darles la forma cilíndrica, podés usar una manga pastelera o una bolsa plástica para congelar con la punta cortada. Colocá la porción de la mezcla sobre papel film transparente (resistente al calor), enroĺlalo y cerrá los extremos como un caramelo, girando hasta que queden firmes. Asegurate de que no quede aire.
  4. Cocción inicial: Cociná las salchichas envueltas al vapor o hervidas a 180 °C durante 20-25 minutos, o hasta que estén firmes y bien cocidas. Si las hervís, mantené el agua justo antes de la ebullición por unos 5 a 8 minutos.
  5. Finalizado: Dejá que se enfríen ligeramente antes de retirar el plástico. Verás que están blanquitas y “tristes”. Si querés darles el toque dorado y la textura crujiente que buscás, saltealas en una sartén o plancha con un chorrito de aceite de oliva hasta que estén bien doraditas.

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