No estaba escrito como una despedida romántica, pero “Bella Ciao”, que significa “Adiós hermosa” en italiano, es una canción que ha llegado a simbolizar una separación con la opresión.
Cuando se descubrió la frase grabada en una carcasa de bala no gastada vinculada al hombre acusado de matar al conservador activista estadounidense Charlie Kirk, no era solo una pista críptica.
Era una historia de estribillo, extraída de una canción de protesta italiana centenaria, que durante mucho tiempo ha sido una melodía global de resistencia.
Si bien su conexión con la muerte de Kirk sigue siendo discutible, este hallazgo ha arrojado luz fresca sobre una melodía que ha evolucionado desde movimientos partidistas hasta listas de reproducción de la cultura pop.
Historias de origen divergente
Ampliado ampliamente etiquetado como un himno antifascista, “Bella Ciao” se canta anualmente el 25 de abril durante el Día de Liberación de Italia para marcar el final de la dictadura fascista de Benito Mussolini y la ocupación nazi en Italia. Su versión más extendida cuenta la historia de un partisano con inclinaciones políticas no especificadas, que muere por la libertad, pidiendo ser enterrado “bajo la sombra de una hermosa flor”.
Pero los orígenes de la canción son todo menos claros. Algunos historiadores han rastreado su melodía (sin letras) hasta una grabación de 1919 por la acordeista de Klezmer, nacida en Odesa, Mishka Ziganoff.
https://www.youtube.com/watch?v=r0kbsfybtxa
Otros apuntan a una canción popular separada cantada por “Mondine” – hembra de arroz arroz en el norte de Italia, protestando contra las duras condiciones laborales. Esa versión, también titulada “Bella Ciao”, comparte poco con el himno partidista más allá de su título.
La versión partidista conocida hoy se solidificó a principios de la década de 1960, especialmente a través de una interpretación del actor francés nacido en Italia Yves Montand. Como notaron los investigadores de la Universidad de Utrecht, Daniele Salerno y Marit van de Warenburg, en su 2023 Estudio de la canciónsu poder no se encuentra en su origen fijo sino en su adaptabilidad.
Describieron “Bella Ciao” como un “monumento portátil”, un artefacto cultural que transporta memoria a través del tiempo y el espacio.
“Bella Ciao se reescribe, reutiliza y reubica continuamente en contextos y medios de comunicación diferentes y nuevos, y por una variedad de causas”, escribieron.
De resistencia a remixes
Aunque no se cantó ampliamente durante la Segunda Guerra Mundial, “Bella Ciao” definió cómo los italianos se enfrentaron al fascismo después de la guerra. A lo largo de las décadas, ha sido adoptado por movimientos de izquierda en Europa y más allá.
En enero de este año, los activistas de izquierda en Alemania cantaron la canción en una protesta contra el partido de extrema derecha Afd.
En 2024, los miembros de la izquierda del Parlamento Europeo lo cantaron para protestar por las políticas del primer ministro húngaro Viktor Orban, lo que llevó a la presidenta del Parlamento Roberta Metsola a suponer: “Esto no es eurovisión”.
En 2021, los manifestantes en Jerusalén, opuestos al control del primer ministro Benjamin Netanyahu sobre el poder a pesar de una acusación de acusación y corrupción, cantaron “Bibi Ciao” ante la perspectiva de su partida en ese entonces, “bibi” es el apodo de Netanyahu.
Carlo Pestelli, quien fue autor del libro “Bella Ciao: The Song of Freedom”, dijo a AFP en 2022 que el atractivo de la canción radica en su adaptabilidad y simplicidad melódica.
“No era una canción comunista sino un manifiesto para la libertad … representa valores apolíticos que todos pueden entender y compartir”, dijo Pestelli. “También es una canción fácil de cantar, con un coro pegadizo que incluso los oradores no italianos pueden recoger”.
Protestas feministas y coros de balcón
Las activistas feministas también han reutilizado a la canción pegadiza para luchar contra sus causas. Los activistas pro-elección en Argentina y Polonia reutilizaron la canción en 2018 y 2020 respectivamente, llamando a sus gobiernos por legislar desfavorablemente contra los derechos reproductivos de las mujeres.
El 16 de septiembre de 2022, el día en que Jina Mahsa Amini, de 22 años, murió después de su arresto por la policía de moralidad de Irán por usar un hijab inapropiado, las hermanas Samin y Behin Bolouri cantaron una versión persa de “Bella Ciao” en un puesto de redes sociales que se volvieron virales.
Estas adaptaciones localizadas reflejan lo que Salerno y Van de Warenburg llaman “activismo transnacional”, donde la canción, también utilizada por Occupy Wall Street como los viernes para futuros movimientos, se convierte en un recipiente para nuevas luchas sin perder su peso histórico.
Sin embargo, su alcance se ha extendido mucho más allá de la política. Fue borrado de los balcones en Italia durante los bloqueos de Covid-19 e incluso ha sido reelaborado por los fanáticos del fútbol en apoyo de sus clubes.
Reelaboración digital
“Bella Ciao” debe gran parte de su popularidad reciente al drama del crimen español de Netflix “La Casa de Papel” (o “Money Heist” en inglés), que introdujo la canción a una audiencia global.
La versión de la serie, remezclada por los productores electrónicos de la música dance El Profesor y Hugel, hasta la fecha ha obtenido más de 200 millones de visitas en YouTube. Docenas de versiones, incluidas las interpretaciones independientes, también se pueden escuchar en Spotify.
https://www.youtube.com/watch?v=e4agkitna0m
También ha surgido en la cultura de los juegos, aparecido en “Far Cry 6” y utilizado en Tiktok para anotar los aspectos más destacados de “Call of Duty: Warzone”.
Un legado que trasciende las ideologías
“Bella Ciao” ha sido utilizado por movimientos entre continentes e ideologías, desde activistas antifascistas y feministas hasta manifestantes climáticos y creadores de cultura pop.
Su adaptabilidad lo ha convertido en un accesorio en momentos de disidencia, solidaridad y recuerdo.
Ya sea cantado en protesta, remezclado en línea o referenciado crípticamente en una carcasa de bala, “Bella Ciao” continúa sirviendo como señal, no de ninguna ideología particular, sino quizás de resistencia misma.
Editado por: Elizabeth Grenier