La ministra de Igualdad, Ana Redondoestá en el ojo del huracán después de que la fiscalía denunciara en su memoria fallos en las pulseras para controlar a maltratadores. El ministerio fiscal ha destapado un error informático que provocó en 2024 una “gran cantidad” de absoluciones y sobreseimientos provisionales de agresores, los cuales transgredieron las órdenes de alejamiento para amedrentar a sus víctimas sin que su comportamiento obtuviera reproche penal porque los juzgados, de forma temporal, no dispusieron de la información. El error –que no ha provocado ninguna excarcelación y en ningún caso ha implicado que los dispositivos no se activaran cuando fuera necesario– se produjo a raíz de un cambio en la empresa adjudicataria del servicio y ha puesto en la diana a la titular de Igualdad: el PP pide su renuncia. Especialistas en violencia machista, no obstante, minimizan los fallos de las pulseras –que califican de puntuales–, y alertan de que polémicas de este tipo demuestran la necesidad reforzarse, en conjunto, las grietas del sistema policial, judicial y educativo con el fin de acabar con fallos estructurales.



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