Brasil – enviado especial

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Otro partido de Copa y otra vez el hincha que dijo presente. Vaya que se sabía era difícil la parada, casi imposible. Pero de todos modos un grupo cercano a los 2500 hinchas de Estudiantes estuvieron en el sector visitante del gigante estadio Maracaná, un ícono del fútbol sudamericano y mundial. Pese a todas las adversidades los albirrojos no dejaron solo al equipo ni antes, durante y mucho menos después.

El camino hacia el Maracaná fue el otro gran tema de la previa: ¿cómo llegar hasta el lugar? La seguridad junto a la dirigencia de Estudiantes designaron el centro olímpico como punto de reunión para salir desde allí en varios buses, colectivos y autos alquilados. Pero claro, ese punto fue en Barra da Tijuca alejado del centro de la ciudad y principalmente del estadio. Un poco incómodo para los que se alojaron en Copacabana e Ipanema.

Pero de todos modos ese fue el punto de reunión para centenares de albirrojos que desde allí fueron hasta el punto del partido. La Policía había sugerido que los hinchas de Estudiantes ingresen bien temprano para evitar problemas principalmente con los controles biométricos, que en definitiva fueron los únicos habilitados para el acceso de los hinchas. Salvo casos aislados no sucedió nada para lamentar.

La previa fue a todo color y pirotecnia en Barra da Tijuca, entre el Posto 3 y 4. Allí se concentró, justo frente al hotel del Pincha, el grueso de los hinchas. Desde la mañana retumbaron los fuegos artificiales de los hinchas de Estudiantes, lo mismo que las bengalas de humo de color rojo. En el paraíso de los ruidos, el Pincha se divirtió en la previa.

Todas las edades y los géneros convivieron en la playa. Desde jóvenes escuchando música y tomando bebidas de todo tipo hasta gente mayor que prefirió resguardarse del fuerte sol. Promediando el mediodía el reloj de la avenida marcó los 28 grados. Sin dudas, un día de playa para cortar con la lluvia y el frío de la Argentina.

Familia y jóvenes la pasaron bien. Los chiquilines jugando a la pelota y gritando, pero también los mayores sentados en sus reposeras. Entre ellos Juan Gamondi, el hincha que se hizo famoso y se viralizó con el video de este diario mostrándolo revolear su bastón feliz de la vida por el triunfo de su equipo. También viajó hasta Río de Janeiro.

Del mismo modo Deolinda, la señora de 88 años que fue junto a su hijo porque no quería perderse la chance de ver a su “amado Estudiantes jugar en el estadio Maracaná”. Anoche cumplió otro de sus sueños.

La familia Liberatore, los Almada y Piergiácomi. El periodista Sebastián Domenech, que hizo gala de su fanatismo saltando a la par de los hinchas. Carlos Gamarra, Germán Nanni, el Vasco de 11 y 57, los Dottori, padre e hijo, el Colorado de Villa Elvira, Juan Blanco y familia, los Pérez Ahumada, la familia Badoyán a pleno, Nico 8K padre e hijo, Hernán de Caballito y muchísimos más acompañaron al Pincha en una difícil parada en el estadio Maracaná, la primera vez que el equipo jugó allí por Copa Libertadores.

El ingreso al estadio fue tranquilo y sin inconvenientes. Además, se permitió el ingreso de bebidas alcohólicas, al igual que la venta.

En tanto que la salida fue tarde. Ya de madrugada, una vez que la mayoría de los de Flamengo habían salido del lugar. No pasó nada raro y la desconcentración fue normal. Otra noche de Copa Libertadores que marcó la presencia de los hinchas, que quieren jugar este torneo o el que sea a nivel internacional para decir presente, como ayer en el Maracaná.

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