Durante mucho tiempo, el calcetín fue una pieza secundaria dentro del equipamiento deportivo. En el trail running, sin embargo, ese anonimato ha saltado por los aires. El pie soporta horas de impacto, humedad constante, cambios térmicos y fricción continua. Y ahí, un mal calcetín puede arruinar cualquier planificación. Lurbel lleva más de 30 años trabajando precisamente en ese detalle.
Con origen en la calcetería tradicional de Ontinyent, la marca valenciana ha construido su identidad desde una idea clara: “Desde sus inicios, Lurbel ha tenido como objetivo aportar algo diferente al mercado, apostando por la salud deportiva como base del desarrollo de producto“. Esa filosofía explica por qué sus calcetines no se conciben solo como una prenda técnica, sino como un elemento de protección activa de la piel.
Una muestra de los calcetines que fabrican en Lurbel / JAVIER DIEZ
La diferencia frente a un calcetín técnico estándar está en el origen de su tecnología. Parte del conocimiento procede del ámbito sanitario. “Las tecnologías exclusivas de Lurbel tienen su origen en el ámbito sanitario, concretamente en la tecnología Regenactiv, utilizada también en hospitales“, explican desde la marca. Combinada con fibras líderes del mercado, da lugar a Bmax, una estructura pensada para atacar las causas reales de las ampollas: fricción, humedad y sobrecalentamiento. El resultado, según Lurbel, son “beneficios reales como la prevención de ampollas y rozaduras, una alta transpirabilidad y una excelente adaptación al pie“.
Un calcetín para trail de kilómetro cero
Todo ese desarrollo sería difícil de sostener sin un control absoluto del proceso. Lurbel produce íntegramente en Ontinyent bajo un modelo de kilómetro cero que va más allá del discurso sostenible. “Este modelo nos permite un control total del proceso, ajustar cada detalle del producto y evolucionar las tecnologías de forma continua“, señalan. Fabricar cerca implica trabajar con partners del entorno, proteger la exclusividad tecnológica y reaccionar rápido ante cualquier mejora detectada en el uso real.
En los calcetines de trail, senderismo o esquí, el diseño empieza siempre por el contexto. “Partimos de un estudio muy preciso del nivel de intensidad y de las condiciones térmicas“, explican. A partir de ahí, se combinan fibras y densidades dentro de un mismo par: fibras sintéticas recicladas multicanal para altas intensidades y calor; fibras huecas para evacuar humedad manteniendo temperatura en frío; lana merino cuando baja la intensidad; e incluso seda natural en condiciones extremas. Todo reforzado con zonas de ventilación, sujeción específica y refuerzos en los puntos de mayor fricción.

Una trabajadora de Lurbel creando uno de sus productos / JAVI DIEZ
La creciente presencia femenina en el trail también está en el radar. Aunque hoy los modelos unisex ofrecen un alto nivel de adaptabilidad, Lurbel no cierra la puerta a una evolución específica. “Si detectamos una demanda clara o una mejora objetiva en términos de rendimiento, estamos preparados para desarrollar calcetines específicamente adaptados al pie femenino“, señala.
Mirando al futuro, la marca no habla de un gran salto disruptivo, sino de evolución constante. “Más que buscar un único gran salto, estamos atentos a cualquier mejora que nos permita seguir cuidando la piel sin renunciar al máximo rendimiento“. En un deporte donde cada detalle cuenta, Lurbel tiene claro que el camino sigue empezando por abajo: justo donde el trail runner más lo necesita.




