El anuncio del acuerdo entre el Mallorca y Dani Rodríguez para la rescisión del contrato del futbolista finlmente se hizo oficial este jueves, poniendo fin a una etapa de siete temporadas y media en la entidad balear. Se cierra así un culebrón que ha marcado los últimos meses desde aquel mensaje en Instagram donde criticó duramente a Arrasate por no hacerle jugar en el Bernabéu durante la tercera jornada de campeonato.
La situación empeoró con un comunicado posterior en el que pidió disculpas, pero dejó entrever su malestar: “No entiendo que un jugador que acaba de llegar, con un solo entrenamiento, tenga la oportunidad de jugar por delante de compañeros que llevamos años defendiendo esta camiseta”, haciendo referencia a su compañero Jan Virgilique entró en los minutos finales.
Unas palabras del capitán que le costaron una sanción de diez días de empleo y sueldo, además de la retirada del brazalete. Desde entonces, no ha vuelto a pisar el césped y ha visto todos los partidos desde la grada, hasta que esta semana se confirmó su adiós definitivo, un desenlace que parecía inevitable desde hacía semanas.
Dani Rodríguez celebra un gol con el Mallorca / RCD Mallorca
Según ha podido saber DEPORTEel entorno del jugador, pese a todo, se muestra contento y aliviado con el anuncioconsciente de que a estas alturas era lo mejor para todas las partes, aunque no haya sido el final soñado ni en las circunstancias deseadas. Pese a todo, hay tristeza por decir adiós a un club en el que Dani ha vivido los mejores años de su carrera y del que ya es historia.
Desde el mismo entorno se reconoce que se cometió un error y que el jugador ya ha pagado por ello. El propio jugador, en su vídeo de despedida, admitió que quizá el castigo fue demasiado duro: “Siento que, en esta última situación, he pagado un precio demasiado alto… pero lo acepto, lo respeto y sigo adelante sin rencor”. Ahora, a sus 37 años, le toca elegir su siguiente reto, que por el momento sigue siendo un misterio.
Dani Rodríguez se va del Mallorca después de 282 partidos, dos ascensos y una final de Copa del Rey en la que anotó, pese a que el Athletic Club acabara levantando el título. El de Betanzos se despide también como el máximo asistente en la historia de los ‘bermellones’.







