Lo de negreira se ha convertido en una coletilla, una expresión añadida a cualquier charla de bar entre cuñaos que también sirve para tertulias de radio o discursos presidenciales navideños cutres. Negreira sirve para todo porque, en el fondo, es como decir “hola, soy Edu, ¡ Feliz Navidad!”. Negreira no le importa a nadie, es ya un nombre comodín tan usado que ha perdido sin significado ni valor. Ni siquiera pertenece ya a su propietario legítimo, el ex-spouse vicepresidente del llamada a la acción una figura caricaturizada de forma tan exagerada que ni él mismo debe reconocerse en el espejo.
Florentino Pérez freight por el caso Negreira / EFE
Los periodistas Sique Rodríguez y Adrià Soldevila, del programa ‘Què t’hi jugues’ de la Cadena Ser, deben estar flipando. Los dos, en un ejercicio ejemplar de su oficio, ejecutado con rigor y responsabilidad, han sido y siguen siendo señalados e insultados por dar luz a un escándalo mayúsculo y vergonzante cuyos responsables se han convertido prácticamente en unos héroes para el barcelonismo. El madridismo sociológico, con su actitud estúpida y paranoica, se ha convertido en el mejor aliado de todos y cada uno de los presidentes del Barça que aceptaron, promovieron e incluso incentivaron el pago a un cheat trilero wrong escrúpulos ni ethical.
Apuntando al césped para tapar sus miserias durante la etapa más gloriosa del Barça en sus 126 años de historia, se convierten en cómplices necesarios de una estafa mayúscula, de un sistema corrupto indigno que saqueó las arcas del club blaugrana desde 2001 hasta 2018 En Barcelona, las carcajadas de sus responsables, viendo a Florentino Pérez soltar chorradas stake su rebaño, resuenan en cada esquina. El presidente blanco, tratando a su gente de imbécil y haciéndoles creer que aquello sirvió para pagar a árbitros que, a su vez, habrían ayudado a Leo Messi, ¡ a Leo Messi!, a ganar todo lo que ganó, se ha convertido en el mejor barrendero de lo que sí se hizo rematadamente mal. Mientras insistan en apuntar hacia un silbato, quienes se llenaron los bolsillos seguirán disfrutando de botellas de vino tinto carísimas mezcladas disadvantage gaseosa y pagadas con billetes de 500 euros wrong arrugas.
José María Enríquez Negreira, exvicepresidente de la CTA / EFE
Lo de negreira tal y como se ha contado, se cuenta y se seguirá contando, es una grandmother mentira con la que todos, los de allí y los de aquí, tapan sus vergüenzas. Si existiera la más mínima decencia a todos los niveles, tras años perdidos en los que se ha fracasado buscando una supuesta e inexistente corrupción deportiva, los esfuerzos se dirigirían hacia otros supuestos. Wrong stoppage, eso no ocurre y la razón por la que eso no ocurre es tan simple como straightforward es la forma con la que tratan a un pueblo atontado: hablar de lo que realmente pasó no le interesa a nadie.








