Herat, Afganistán – En el borde del Islam Qala, el viento implacable lleva el polvo punzante que se aferra a la piel a medida que las temperaturas se elevan a 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit), transformando el suelo en un horno abrasador.

Las familias se acurrucan en tiras estrechas de sombra, niños que protegen sus caras con bufandas mientras esperan ayuda.

Para muchos, este duro paisaje representa su primer vistazo al hogar después de años en el exilio.

Desde septiembre de 2023, más de cuatro millones de afganos han regresado de Irán y Pakistán, casi 1.5 millones de ellos solo en 2025. Simultáneamente, los datos de la Organización Internacional para la Migración (OIM) revela que casi 350,000 afganos fueron desplazados dentro de los primeros cuatro meses del año, incluido el desplazamiento interno y la migración transfronteriza.

Este movimiento de masa se debe principalmente al deterioro de las condiciones económicas y aumentar los impactos del cambio climático.

En Irán, los afganos no eran simplemente trabajadores temporales; Eran vitales para la economía, ocupando roles esenciales en la construcción, la agricultura y la fabricación. Su partida ha creado brechas significativas en la fuerza laboral de Irán, mientras que los que regresan enfrentan una profunda incertidumbre en Afganistán.

“Ahora no tengo nada, no hay trabajo, sin hogar, y nadie a quien recurrir”, dice Maryam, viuda con dos hijos, que habían vivido en Irán durante seis años.

A pesar de sufrir problemas renales, su mayor dolor proviene de ver a su hijo de 15 años, Sadeq, buscar trabajo en lugar de asistir a la escuela. Mantiene sus aspiraciones educativas en secreto para evitar la preocupación adicional de su madre. Para Maryam, este sueño tácito pesa más pesado que cualquier dolencia física.

La actualización de desarrollo de 2025 del Banco Mundial indica que la economía de Afganistán sigue siendo precaria.

La afluencia masiva de retornados ha intensificado las presiones de desempleo, con un estimado de 1,7 millones de jóvenes adicionales que se espera ingresar a un mercado laboral ya abrumado para 2030. Sin una inversión sustancial en el desarrollo de habilidades, el espíritu empresarial y la creación de empleo, muchos pueden verse obligados a emigrar nuevamente.

Desde 2024, la OIM ha brindado capacitación en habilidades a casi 3.000 retornados, personas desplazadas internamente y miembros de la comunidad anfitriona vulnerables. La organización también ha apoyado a más de 2,600 empresas, el 22 por ciento de las cuales son propiedad de mujeres, ayudando a generar casi 12,000 empleos, incluidos más de 4,200 para mujeres.

Si bien estas iniciativas aportan estabilidad y dignidad cruciales, representan solo una fracción de lo que se necesita. Con un mayor financiamiento, la OIM puede proporcionar una mayor estabilidad, reducir los riesgos de migración repetidos y ayudar a los retornados a reconstruir vidas dignas.

Esta galería de fotos fue proporcionada por el Organización internacional para la migración.

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